Una iniciativa coordinada entre Plataforma por la Lengua y el eurodiputado irlandés Chris MacManus ha conseguido revelar una mentira de peso: España no ha solicitado nunca que el catalán se convierta en lengua oficial de la Unión Europea. Y es que el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno, José Manuel Albares, afirmó a finales de 2021 que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya había reclamado la oficialidad del catalán en la institución europea hace casi dos décadas, en 2004. Si esta lengua no se había incorporado al listado oficial no era por la poca voluntad española, sino porque era una reforma que requería la modificación de los Tratados. Ahora, sin embargo, y en respuesta a una pregunta formal del euro-representante irlandés, el Consejo de la UE afirma que para que una lengua se convierta en oficial en la Unión Europea tan solo hace falta que lo decidan por unanimidad los estados miembros que la conforman --a través del Reglamento que establece cuáles son las lenguas oficiales--, y no hay que reformar ningún Tratado europeo.
Esta noticia ha reventado en la cara del gobierno de Pedro Sánchez justo cuando España se prepara para asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea, que se alargará durante seis meses hasta finales de año. Y ya ha recibido las reacciones de figuras públicas, entre ellas el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, que no ha evitado pronunciarse con contundencia y profiriendo un zasca contra el ejecutivo español, responsable de haberse hecho suya una falsedad. "Se vuelve a confirmar que es el modus operandi de España: mienten siempre", ha disparado.
ERC, también en el ojo de mira de Puigdemont
Puigdemont no ha tenido solo palabras para el gobierno de Pedro Sánchez, sino también contra ERC, eso sí, sin nombrarlos. Y es que, fruto de la reunión de la mesa de diálogo ahora hace un año, la Generalitat y el Estado prometieron avanzar hacia la desjudicialización del conflicto con reformas legislativas antes de acabar el año --así se hizo con el anuncio de la derogación de la sedición--, y también se anunció un acuerdo en materia de lengua. Un pacto reivindicado por los republicanos, ya que, según ellos, partía del reconocimiento que el catalán ha sido perseguido, y conseguía el apoyo del PSOE a algunos puntos como la ley del catalán en la escuela del Parlament. Además, incluía medidas como el impulso del derecho a utilizar la lengua catalana en las Cortes Generales, y la promoción del catalán en el Parlamento Europeo.
Es precisamente este último punto el que ha provocado la reacción de Carles Puigdemont. "Presentaron un acuerdo por el catalán en Europa a bombo y platillo, como uno de los 'grandes éxitos' de la mesa de diálogo", ha recordado. "Todavía no se sabe ni gallo ni gallina, ni del gobierno en funciones (español) ni del gobierno en minoría (catalán)". En esta misma línea, ha cargado contra la voluntad continuada de ERC de confiar en el PSOE, una tendencia que se mantiene viva desde la investidura de Pedro Sánchez ahora hace tres años y medio. "El problema es que hay quien confía en que, algún día y por alguna razón que desconocemos, España dejará de mentir y cumplirá los compromisos. Y sueñan ingenuamente que cuatro votos por una investidura harán que las cosas pasen". El presidente en el exilio ha concluido su mensaje con un aviso contundente: "Hacer tratos con mentirosos compulsivos sin tomar ningún tipo de precaución es una grave irresponsabilidad".