Las cargas policiales del 1 de octubre que abrieron portadas de diarios internacionales con titulares como "Domingo sangriento", "Represión brutal" o "La vergüenza de Europa" supusieron "el uso mínimo de la fuerza" para cumplir las suspensiones a referéndum del Tribunal Constitucional y los autos judiciales, en palabras del titular de Interior Juan Ignacio Zoido. El ministro ha justificado así el operativo ante la comisión del Senado, llegando a afirmar que Policía y Guardia Civil se encontraron con "grupos organizados frente a las puertas de las sedes electorales", atribuyendo la responsabilidad de "soliviantar las calles" al Govern y la "pasividad "de los Mossos.
"Estaba muy premeditado. Fue una resistencia pasiva perfectamente organizada. Algunos grupos independentistas llegaron a impartir clases de cómo impedir la actuación judicial en las escuelas" ha relatado el ministro. Este ha insistido en que el objetivo último era impedir que se culminara el "referéndum ilegal", de modo que ha señalado parte de la culpabilidad en el Govern y los votantes. "Lamento como el que más que haya habido heridos, pero los responsables son los que generaron el clima de frustración" ha dicho. Al respecto, ha lamentado también que se volara el ojo de Roger Español –con material prohibido en Catalunya– pero según le habrían informado, Español "había hecho caer vallas".
Zoido ha anunciado que no habría condecoraciones ni investigaciones por la Operación Copérnico –nombre escogido porque "se quería dar un giro copernicano para volver a la ley y que se impusiera el Estado de derecho". Si bien, ha tratado de quitar hierro al asunto de los heridos. "Según la Generalitat, de los 1066 atendidos, sólo hubo cinco casos graves" ha afirmado. "Todos sabemos cómo se incrementó la cifra de heridos (...) se llegó a contabilizar también como lesión los ataques de ansiedad de algunas personas al ver por televisión la actuación" ha explicado. "¿También fue violencia extrema cuando un Guardia Civil cogió a un hijo de su padre para protegerlo"? ha increpado a los grupos.
Así las cosas, el ministro ha recordado que la intervención de los efectivos estatales sólo se produjo por la "limitada eficacia" de la tarea de la policía catalana. "Los Mossos tenían que requerir a los responsables de las sedes electorales que no abrieran, y después precintarlos", cosa que no se habría llevado a cabo porque se pudo votar. Incluso, ha denunciado que el cuerpo autonómico confiscó las urnas una vez finalizado el recuento, a diferencia de las fuerzas del Estado "que desactivaron 113 locales electorales, más un centenar que no llegaron a abrir o que cerraron al ver presencia policial" ha apuntado. Aquí ha informado de que sólo habría habido altercados en "6 o 7 colegios".
La cuestión es que la falta de autocrítica del ministro sobre el operativo del 1-O se ha hecho extensivo a los días posteriores. "Els CDR han seguido actuando como Comités en defensa de la República y organizaron un 'paro de país' el 8-N donde se cortaron más de cien carreteras. Se ocupó la estación de Girona durante todo el día" ha relatado sobre el mantenimiento de su presencia en territorio catalán. Zoido ha llegado a indignar a una senadora de ERC, Laura Castel, quien ha gritado "Eso es una fake new"! cuando el titular del Gobierno ha asegurado que se usaron menores para cortar las carreteras, "con el peligro que los puede provocar", ha denunciado.
El episodio del día 20 de septiembre en la conselleria de Economía también ha sido motivo de explicación. Zoido ha sostenido la tesis de la fiscalía sobre un presunto levantamiento tumulturario –atribuido a la convocatoria de Òmnium y ANC– por lo cual Jordi Sànchez y Jordi Cuixat se encuentran en prisión cautelar en Soto del Real, acusados de sedición. "No parecía que hubiera ausencia de violencia: incluso la letrada de Justicia salió por el terrado de Economía", ha afirmado. La versión, sin embargo, va en contra de lo sostenido por Sànchez y Cuixart, los cuales aportaron un vídeo al juez donde se observa cómo piden a los manifestantes marcharse.
Aunque el compareciente "ni comparte ni entiende" el vídeo del "a por ellos", ha puesto más énfasis al lamentar las condiciones de los cuerpos del Estado. "Los asedios fueron consentidos. Fueron episodios de odio. Se quiso llegar a expulsar policías nacionales y Guardias Civiles de Calella y Pineda de Mar" ha explicado, sin menoscabo de que testigos de lo sucedido denunciaron que agentes de paisano y fuera de servicio habrían salido presuntamente del hotel y cargaron contra los concentrados, algunos armados con el bastón policial extensible. Si bien, el titular ministerial ha agradecido a Policía Nacional y Guardia Civil y a sus familias "su esfuerzo, responsabilidad y profesionalidad".
Urnas con "característica de urna"
Sobre el fracaso a la hora de interceptar las urnas del referéndum, Zoido ha dejado un momento para la ironía cuando ha asegurado que se buscaban urnas "con característica de urna". "Estoy seguro de que las urnas no entraron de ninguna forma normal" ha dicho más tarde sobre la forma como los ciudadanos organizaron el 1-O. Eso sí, ha pedido no señalar sólo al ejecutivo por los hechos. "¿Qué entienden ustedes por auto-crítica? Ya he dicho que lamento lo que pasó. El Govern se situó al margen de la ley. No es revancha actuar cuando alguien ya ha sido advertido", zanjó.