En las últimas semanas los tuits publicados por el cantante Miguel Bosé acerca del oscuro origen de la pandemia y el papel de las farmacéuticas o de magnates como Bill Gates o incluso el 5G en la situación que estamos viviendo, han tenido un amplio eco en la opinión pública. Lo que está claro es que esta serie de temas conspirativos despiertan un gran interés en parte de la población. Una reciente encuesta llevada a cabo en mayo por la Universidad de Cambridge a más de 2.500 personas reveló que el 25% está de acuerdo con esta clase de teorías.
Por lo tanto, este tipo de ideas no son tan marginales como se piensa. Según los expertos de Cambridge, “las creencias de conspiración se conectan con otras formas de desconfianza y están asociadas con un menor cumplimiento de las pautas gubernamentales y una mayor falta de voluntad para realizar pruebas y tratamientos futuros”. Cuando se mezclan la incertidumbre, el miedo, la desesperación económica, las disputas políticas, las fake news y los trolls de las redes sociales, incluidas las campañas de desinformación de algunos gobiernos, lo que se produce es un estado de desinformación que provoca que este tipo de teorías conspiratorias tengan un amplio calado.
Teniendo en cuenta que hasta Donald Trump declaró en una videoconferencia el pasado mes de abril que inyectar desinfectante y luz solar podía ser una buena forma de tratar la COVID-19, es posible imaginar la cantidad de información falsa que puede llegar a circular en la sociedad.
Hace poco, un grupo de médicos en Ohio todavía reconocía que tenía que seguir asegurando a un grupo importante de sus pacientes que el virus SARS-CoV-2 existe de verdad y no es un invento de China para provocar una recesión mundial. De hecho, todavía son muchos los que piensan que la COVID-19 no debería ser motivo de preocupación porque es solo otra gripe. Es cierto que los síntomas de COVID-19 y la gripe pueden ser similares, con fiebre, tos y falta de aire, pero el tiempo ha demostrado que no se trata de un virus parecido al de la gripe ni mucho menos.
En cuanto a las conexiones con la banda ancha 5G y el multimillonario Bill Gates, las noticias que se difunden sobre todo a través de las redes sociales son constantes. De nuevo en Estados Unidos, la situación ha llegado tan lejos que se han producido incendios de antenas de telefonía para evitar la propagación del virus a través del 5G, a pesar de que un gran número de estudios científicos ha negado tal relación.
Una gran fuente de información conspiranoica fue el vídeo Plandemic, que se publicó por primera vez en las redes sociales el 4 de mayo de 2020 y se volvió viral. Presentaba a la viróloga Judy Mikovits, quien ha sido acusada repetidamente de ser una teórica de la conspiración contra la vacuna. El vídeo ha sido retirado de la mayoría de las principales plataformas de redes sociales debido a sus imprecisiones, pero sigue apareciendo.
Entre otras cuestiones, el vídeo afirma que el virus es activado por máscaras faciales y que Bill Gates es el responsable de la muerte de miles de personas en todo el mundo. En cuanto a la teoría de que el coronavirus fue creado en un laboratorio chino, lo cierto es que cada vez más investigaciones apuntan a una fuente natural. En definitiva, los expertos aconsejan informarse a través de fuentes fiables y hacer caso de las recomendaciones médicas en cuanto a higiene, distanciamiento social y uso de mascarillas.