En verano una de las actividades que más divierte a los niños es bañarse en la piscina. Esta diversión puede comportar cierto peligro si no se respetan unas precauciones básicas. La mayoría de los ahogamientos y lesiones graves se producen en el período estival, por imprudencia o por un instante de descuido en la vigilancia de los menores: un bebé puede ahogarse en tan solo unos centímetros de agua e incluso un niño que ha aprendido a nadar recientemente o lleva un dispositivo de flotación tiene riesgo potencial de accidente.
Tal como comenta la Dra. Ana Maldonado Rius, jefa de Servicio de Pediatría de Centro Médico Teknon, “sin duda el mejor consejo a los padres es vigilar de forma adecuada, enseñar a los niños a flotar y a nadar y educar a los menores en el cumplimiento de las normas de seguridad”.
El Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones No Intencionadas en la Infancia de la Asociación Española de Pediatría ha publicado una serie de recomendaciones para prevenir los ahogamientos infantiles con los mejores consejos para disfrutar con seguridad en la piscina o en el mar:
1. Es fundamental la vigilancia o supervisión de los niños pequeños por un adulto con experiencia y que sepa nadar. La distancia a la que debe permanecer el cuidador debería ser inferior a la longitud de su brazo; es decir, el niño tiene que estar a su alcance. No es seguro dejar a un niño al cuidado de otros menores o adolescentes, dado que estos se pueden distraer con facilidad.
2. Es importante alertar a los adolescentes del riesgo que supone consumir alcohol o drogas si se va a practicar cualquier actividad deportiva acuática.
3. Si el niño no sabe nadar es aconsejable el uso de flotadores adecuados a la edad, preferiblemente los chalecos salvavidas. Es importante comprobar que el dispositivo no se pueda desabrochar o deshinchar accidentalmente.
4. Es preferible que los niños se lancen al agua de pie, ya que en determinadas ocasiones saltar o tirarse de cabeza en el agua puede producir lesiones graves. Además, antes de lanzarse al agua conviene que un adulto compruebe la profundidad de la piscina.
5. Es peligroso jugar, correr o saltar alrededor de la piscina, ya que el niño puede golpearse con el bordillo o lastimar a otros compañeros de juego.
Disfruta del verano en familia, pero no te distraigas. ¡Siempre hay que tener un ojo puesto en los niños, sobre todo en la piscina!