El 57% de los oncólogos europeos sufren burnout, término en inglés, para referirse al desgaste profesional. Así lo revela un estudio elaborado por la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) que han querido profundizar en las causas y las consecuencias de este fenómeno. Según un estudio de la sociedad científica publicado en el 2022, el 25% de los profesionales se plantea cambiar de especialidad y, del total, el 38% contempla abandonar la profesión. Los factores principales del desgaste son la sobrecarga asistencial y emocional, que explican el agotamiento, según han explicado los miembros de las dos sociedades este martes en rueda de prensa. El colectivo ha querido poner énfasis en esta cuestión, antes de su congreso anual, que se celebra del 13 al 17 de septiembre en Barcelona.
El burnout puede provocar problemas crónicos de salud, como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, obesidad y trastornos mentales, que pueden dar lugar a una disminución de la calidad de satisfacción profesional y una menor sensación de consecución. Además, también se asocia con la reducción de las horas de trabajo, el absentismo, la jubilación anticipada de la práctica clínica y la reducción de la esperanza de vida.
Peor situación desde la covid
Un estudio realizado en 2014 por la ESMO ya reveló que más del 70% de los oncólogos jóvenes presentaba signos de agotamiento profesionales. En los últimos años, y en especial, desde la irrupción de la pandemia de la covid-19, la situación se ha agravado. Así lo demuestran una serie de encuestas recientes que indican que el 40% de los profesionales están en riesgo de sufrir problemas de bienestar psicológico. El doctor Andrés Cervantes, presidente de ESMO, ha remarcado la creación en el 2019 del Grupo de Trabajo de Resiliencia (RTF) de LO ESMO con el objetivo de dar apoyo al bienestar de los profesionales de la oncología a escala mundial y para garantizar así el correcto tratamiento asistencial de los pacientes. Y ha celebrado que el éxito del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y la reducción de las desigualdades en el acceso a la atención oncológica dependen del hecho de que esta crisis de desgaste profesional se aborde de manera urgente y coordinada. "ESMO secunda firmemente la creación de una Directiva de la Unión Europea que aborde los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo y que busque prevenir el burnout entre los profesionales de la salud. Las recomendaciones del Grupo de Resiliencia de ESMO son un recurso clave por demostrar que el problema no solo es real, sino que puede resolverse con acciones concretas y una voluntad decidida de todas las partes implicadas".
Por su parte, la doctora Elena Élez, miembro de los Grupos de Trabajo de Resiliencia de ESMO y SEOM, ha señalado que la tendencia a España va en sintonía con lo que se da a la sociedad europea: "Después de la pandemia, en SEOM realizamos una encuesta y uno de cada cuatro médicos jóvenes había considerado cambiar de especialidad". Según la doctora, las cifras son alarmantes y subrayan la necesidad de formación y seguimiento continuo desde el grado, la residencia y durante toda la carrera profesional". La experta también ha señalado el impacto directo que tiene este desgaste profesional a la calidad de la atención al paciente y al mismo sistema nacional de salud.
Recomendaciones para gestionar los riesgos del 'burnout'
Con el objetivo de ofrecer recursos y apoyo, LO ESMO ha presentado un decálogo de recomendaciones elaboradas por su grupo de Resiliencia basándose en un análisis de los riesgos psicosociales que afectan a los oncólogos de toda Europa. Entre las principales estrategias, destacan mejorar la comunicación organizativa, proporcionar supervisión profesional individualizada y tutoría, reforzar el apoyo en términos de formación, desarrollo y seguridad en el empleo, garantizar cargas de trabajo manejables, incluyendo horas de trabajo y permisos, o invertir en la retención y atracción de talentos, entre otros.