La actividad física en el agua mejora substancialmente la salud física y mental de personas con trastorno mental grave, según se desprende de los dos estudios que han realizado un equipo investigador del Parc Sanitari Sant Joan de Déu con el soporte de Fluidra, la Fundación Fluida y la Obra Social Sant Joan de Déu.
Los estudios han evaluado más de un centenar de participantes a lo largo de dos años. La investigación global, enmarcada en el proyecto 'Thalassa', concluye que la práctica de actividad física en el medio acuático es una herramienta eficaz para la intervención rehabilitadora de personas con trastornos mentales graves porqué favorece la remisión de los síntomas y reduce las necesidades específicas determinadas por el tipo de trastorno. Además de los dos estudios el proyecto 'Thalassa' ha permitido editar la primera Guía de Intervención para mejorar la coordinación en actividades deportivas en piscinas públicas y cerrar una propuesta de continuidad en colaboración con diez instituciones sanitarias de toda España.
El estudio 'Beneficios de la actividad física en medio acuático en personas con trastornos mentales' concluye que tanto la práctica de la natación como el aquagym por parte de personas con diagnóstico de trastorno mental mejora significativamente la autoestima, reduce la percepción de estigma social, la ansiedad y les síntomas depresivos, mejora la percepción subjetiva del estado de salud general, e influye positivamente en una mejora del cuidado personal y las tareas de la vida diaria. A su vez, realizar una actividad física en un centro deportivo comunitario promueve los beneficios derivados de las relaciones sociales y la participación en sociedad.
Igualmente, este estudio, que ha contado con la participación de 87 personas, ha demostrado beneficios diferentes en hombres y mujeres: en el caso de los hombres, disminuye su percepción de estigma social y mejoran las relaciones sociales y la participación en sociedad. Y, en el caso de las mujeres, las mejoras se centran en la autoestima y las relaciones sociales.
En función del diagnóstico, el estudio ha demostrado también que la actividad acuática tiene beneficios específicos dirigidos a cubrir problemáticas en los diferentes grupos de población. Las personas con trastorno depresivo mejoran en autoestima y reducen la percepción de autoestigma, y reducen las dificultades para el cuidado personal y la realización de actividades de la vida diaria. Las personas con diagnóstico de esquizofrenia, en cambio, mejoran más en la percepción del estado de salud, las relaciones sociales, la realización de tareas diarias y en la participación en sociedad.
La doctora Susana Ochoa, investigadora de la Unitat de Recerca del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, y coordinadora del estudio, concluye que “las actividades acuáticas generan mejoras en muchos ámbitos en las personas con problemas de salud mental y, en los primeros resultados de los estudios, ya se identifican diferencias significativas según el género y el diagnóstico.” Ochoa remarca que el punto de partida es diferente cuando se trata de una persona afectada de depresión o psicosis, pero en los dos casos, los resultados son alentadores porqué apuntan a mejoras claramente identificables y dirigidas a cubrir las necesidades de atención en cada colectivo.
El estudio 'Eficacia de la combinación de la actividad de aquagym y el entrenamiento metacognitivo (EMC) sobre variables de salud psicológicas y físicas, y su relación con los biomarcadores SP1 y SP4 en personas con psicosis' ha evaluado un total de 23 pacientes, distribuidos en tres grupos: los que han tenido intervención psicológica (entrenamiento metacognitivo) los que solamente han practicado aquagym y los que han tenido acceso a una combinación de las dos intervenciones. Al final, según la Dra. Ochoa, el estudio demuestra que “una intervención combinada de la actividad de aquagym y entrenamiento metacognitivo potencia los efectos positivos de las mejoras en diferentes áreas en la población con diagnóstico de esquizofrenia u otros trastornos psicóticos.”
Concretamente, reduce los delirios y las alucinaciones y mejora significativamente la motivación e implicación. Igualmente, se registra una disminución de los síntomas depresivos, un incremento de la conciencia de trastorno, una mejora del funcionamiento cognitivo, las capacidades de adaptación y la interacción social y personal. Todo esto genera una percepción de mejora de la calidad de vida y la autoestima y una reducción de la percepción de autoestigma. Además, el estudio prueba que esta práctica provoca, en paralelo, un incremento significativo de otras actividades físicas como caminar. Estos beneficios albiran lo que podría ser un tratamiento integral de futuro para personas con estos diagnósticos.
Fruto del proyecto 'Thalassa', el Parc Sanitari Sant Joan de Déu, con la colaboración de Fluidra, la Fundación Fluidra i la Obra Social Sant Joan de Déu, ha editado la Guía de intervención para mejorar la coordinación en actividades deportivas en piscinas. Esta guía que, inicialmente, se distribuirá en los centros sanitarios e instalaciones deportivas que forman parte del proyecto, incluye recomendaciones para la realización de actividad física en medio acuático, asegura que los participantes hagan ejercicios y movimientos seguros y efectivos bajo la supervisión de profesionales capacitados y da a conocer la actividad de forma didáctica para todo el público, y promueve la práctica deportiva entre personas en situación de vulnerabilidad
Actualmente, la actividad se desarrolla en nueve municipios del área de Barcelona (Barcelona, Vilanova i la Geltrú, Viladecans, Esplugues de Llobregat, Cornellà de Llobregat, el Prat de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Cerdanyola del Vallès y Ripollet) y con la participación de doce instalaciones deportivas (CEM Colom, CEM Can Ricard, CEM Espanya Industrial, CEM Parc del Garraf, CMES Esportiu La Piscina, CEM Atrium, CEM la Plana, Complex Aquàtic i Esportiu Can Mercader, CEM Sagnier, CEM Pau Gasol, CEM Can Xarau, y Poliesportiu Municipal de Ripollet). Se han formado un total de dieciséis grupos de actividad, de los cuales, siete són mixtos (formados por personas usuarias de la red de atención a la salud mental junto con otros usuarios de las instalaciones deportivas).
En total, hay 435 participantes en las actividades, 357 de los cuales son personas atendidas en la Red de Salud Mental, y 78 son usuarios de las instalaciones deportivas. El 59% de las personas que participan són mujeres. Hasta ahora, tanto los participantes como los gestores han identificado diversiad de beneficios en la actividad.
Teniendo en cuenta los beneficios demostrados de la actividad física en el medio acuático en la población con problemas de salud mental, el proyecto Thalassa plantea una continuidad transversal de la investigación con el objetivo de crear una línea de investigación centrada en profundizar en la influencia del género a la hora de definir los beneficios obtenidos. Adicionalmente, el estudio analizará qué actividades son más adecuadas para cada trastorno mental y qué beneficios obtiene cada grupo poblacional.
'Thalassa' ha conseguido una línea de continuidad a través del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) del Ministerio de Sanidad sobre la eficacia de la combinación de la actividad de aquagym y el entrenamiento metacognitivo entre la población con diagnóstico de esquizofrenia u otros trastornos psicóticos. Con el compromiso de ofrecer una mejora en la atención a las personas con esquizofrenia, el equipo de investigación ejecutará una segunda fase del ensayo clínico iniciado en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu junto con diez centros españoles de la red del Spanish Metacognition Group, donde desde hace más de quince años, se están llevando a cabo proyectos de investigación para el desarrollo de tratamientos efectivos para personas con psicosis. Los centros que han confirmado su participación son: el Hospital Universitari Parc Taulí (Sabadell), el Hospital Universitario Marqués de Valdecillas (Santander), el Centre d’Higiene Mental les Corts (Barcelona), el Hospital de Mataró, el Hospital del Mar (Barcelona), el Hospital Universitario de Jaén, el Hospital Clínico San Carlos (Madrid), el Institut Pere Mata (Reus), el Hospital Son Llàtzer (Mallorca) y el Parc Sanitari Sant Joan de Déu (Sant Boi).