Según un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, el uso constante del teléfono móvil ya se considera una addicción por el 5% de la población española. El estudio también concluye que un uso abusivo del teléfono tiene una estrecha relación con la ansiedad, la impulsividad y la depresión.
El 15,4% de la población hace un uso muy elevado hasta el punto de poder comportar complicaciones, según informa el documento, mientras que para el 5,1% de la población ya es una adicción diagnosticada oficialmente. Este estudio se basa en cuestionarios realizados entre enero y diciembre de 2014 a un total de 1.126 individuos de entre 16 y 65 años.
El uso del teléfono móvil se convierte en problemático cuando es excesivo, con respecto a horas, o cuando interfiere en actividades cotidianas, laborales, familiares o sociales. Estos individuos que ya han llegado a un nivel de dependencia elevado muestran síntomas como dificultad para resistir a los impulsos, angustia o adicción en otras sustancias. En algunos casos la dependencia puede estar relacionada con enfermedades psíquicas o con el alcoholismo.
El colectivo más afectado por esta adición son los jóvenes; sobre todo los de 16 años. Sin embargo este problema también llega a una población más adulta de hasta 45 años.