Dentro del intestino viven miles de millones de bacterias, lo que se conoce como microbioma que produce una gran cantidad de diferentes sustancias que atraviesan la pared intestinal, ingresan a la circulación sanguínea y desde allí afectan las células del organismo de diferentes formas.

Un equipo de investigación europeo formado por científicos de Francia, Alemania y Dinamarca ha demostrado las diferentes formas en que los medicamentos comunes aparentemente afectan a las bacterias intestinales. El trabajo  se publica en la revista Nature y ha sido dirigido por el Centro de Investigación Metabólica Básica de la Fundación Novo Nordisk (CBMR) de la Universidad de Copenhague, entre otros.

Los expertos han investigado la relación de 20 tipos diferentes de medicina ordinaria con la abundancia y función de las bacterias intestinales y su conexión con la gravedad de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes tipo 2. Entre los descubrimientos sorprendentes se encuentra la evidencia de que una combinación de dos medicamentos de uso común, (los llamados diuréticos) y los medicamentos para la presión arterial (los llamados betabloqueantes), están asociados con un aumento en los niveles de bacterias promotoras de la salud que pertenecen al género bacteriano Roseburia.

Este tipo de bacteria es capaz de descomponer la fibra dietética en los alimentos vegetales y convertirlos en ácido butírico, cuyos beneficios para la salud incluyen la reducción de la inflamación y la regulación del epigenoma. Esa es la parte dinámica de nuestro ADN. Las personas con enfermedades cardiovasculares también tenían más probabilidades de albergar una combinación más saludable de varias bacterias intestinales si también se les prescribían estatinas, una clase común de medicamentos que reduce el nivel de colesterol LDL nocivo en la sangre. Un hallazgo particularmente interesante fue que la combinación de estatinas y magnyl cardíaco se asoció con niveles más bajos de grasas nocivas en la sangre.

Por otro lado, los científicos también descubrieron que los medicamentos para el ácido gástrico, los llamados inhibidores de la bomba de protones, están relacionados con cambios adversos en el microbioma intestinal.

“En el colon de las personas que toman medicamentos para el ácido gástrico, encontramos niveles relativamente altos de bacterias que normalmente solo están presentes en la cavidad oral. El ácido del estómago generalmente mata las bacterias de la cavidad oral que intentan escapar al intestino, donde no pertenecen. Pero este no es el caso cuando usa estos inhibidores del ácido gástrico. La observación que hemos hecho es importante porque la presencia de bacterias orales en el colon se asocia con un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer de colon”, aseguran los expertos.

Como era de esperar, los investigadores encontraron que los tratamientos con antibióticos repetidos durante los últimos cinco a diez años se asocian con un microbioma intestinal menos diverso. Las personas sanas tienden a tener un microbioma intestinal diverso, mientras que el microbioma de las personas que viven con enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, tiende a ser menos diverso. Esta falta de diversidad puede reducir la capacidad de la 'fábrica química' del intestino para producir moléculas promotoras de la salud.