El Hospital Sant Joan de Déu ha desarrollado un patrón alimentario que ha incrementado en más de un 20% el número de niños que comen verdura dos veces por semana. El estudio Nutriplato, participado por Nestlé, ha trabajado durante un año con un millar de niños de entre 3 y 12 años. Al inicio del análisis, un 32% de los participantes consumían verdura dos veces por semana, mientras que un año después la cifra crecía hasta el 53%. También aumentó el consumo de legumbres, frutos secos, pescado, cereales integrales y el aceite virgen de oliva. En conjunto, en el inicio del estudio, 6 de cada 10 niños se alimentaban con dieta de baja calidad, mientras que un año más tarde los expertos aseguran que la mayoría consolidaban hábitos saludables.

La clave está en las proporciones

El estudio plantea la eficacia de practicar tanto en comidas como cenas la técnica del Nutriplato, un plato dibujado con alimentos saludables donde se especifican las proporciones recomendadas de cada alimento. A grandes rasgos, se indica que la mitad de la comida tiene que estar destinada a verduras y hortalizas, mientras que la otra mitad se tiene que dividir entre proteínas o legumbres, y cereales integrales o tubérculos.

El plato con las buenas proporciones / Foto: ACN
El plato con las buenas proporciones / Foto: ACN

Del millar de niños reclutados, 700 hicieron el seguimiento exhaustivo durante doce meses, entre marzo del 2022 y en abril del 2023. En este tiempo, hicieron entre tres y cinco visitas presenciales con nutricionistas de Sant Joan de Déu, además de un control telefónico y unos talleres prácticos para analizar los hábitos alimentarios y modificar las costumbres que no eran saludables.

El estudio, presentado este lunes como preludio del Día Nacional de la Nutrición que se celebra mañana, constata una mejora general de los hábitos alimentarios, un incremento del seguimiento de la dieta mediterránea y también una mejora de la composición corporal. En concreto, un 25% de los menores con sobrepeso acabaron el programa con un peso normal. En el caso de niños con obesidad, un 15% la redujo hasta el sobrepeso y un 3% llegó al peso normal. Según los nutricionistas responsables del análisis, los niños participantes con tendencia al sobrepeso redujeron la grasa corporal e incrementaron la masa muscular.

La importancia de reducir la bollería y los dulces

Con respecto al detalle de los alimentos, un año después de las primeras visitas, los responsables del estudio comprobaron que creció un 20% el número de niños que consumían verdura dos veces por semana de forma regular, mientras que el consumo de dos raciones diarias de fruta pasó del 27% de los niños a un 35%. Menos exitoso es el dato de consumo de tres piezas diarias de fruta, que solo creció seis décimas y llegó al 6,5% de los niños. En el caso de los frutos secos, los menores que consumían mínimo dos veces por semana pasó del 29% al 41%.

Con respecto al consumo de legumbre más de una vez a la semana, el porcentaje creció del 63% inicial al 72%. Con relación a los cereales integrales mínimo tres veces semanales, se pasó de un 19% de los participantes a un 32%, mientras que el uso de aceite virgen creció del 91% inicial al 96%. En el caso del pescado, los nutricionistas destacan que ya tenía un consumo elevado, con un 70% de las criaturas comiendo mínimo dos veces por semana, pero también se incrementó hasta casi el 77%.

Por otra parte, los expertos celebran que el consumo de bollería industrial o galletas para desayunar y/o merendar pasó de estar presente a un 34,5% de los participantes a reducirse hasta el 20%. También bajó el consumo de bebidas azucaradas: al inicio del estudio un 15% bebían cuatro veces por semana, mientras que al final eran un 8,3%.