La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha retirado dos quesos de la marca Formatgeria Mas d'Eroles, de Adrall, por la presencia de la bacteria Salmonella enteritidis. Se trata de los quesos Serrat de Corroncui y Carreu (en las variedades Natural, Herbes del Pirineu y Cúrcuma) que se elaboran todos con leche cruda de oveja procedente de España. En el caso del Serrat de Corroncui, la alerta afecta al lote 280524, mientras que, en el del queso Sillar, los lotes afectados son cinco: 110624, 260624, 230724, 300724 y el 210524.

Todos estos productos "se están retirando de la comercialización desde el inicio de la notificación de la alerta". Este aviso por la presencia de la bacteria en quesos de pasta blanda se añade a otro que el AESAN ya hizo en el mes de agosto y que afectaba a otro producto de la Formatgeria Mas d'Eroles y otro de Casa Mateu.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda no consumirlo

La AESAN recomienda a las personas que ya tengan algunos de estos quesos en casa que no los consuman. Y, de hecho, también señala que "en el caso de haber consumido alguno de estos productos y presentar sintomatología compatible con la salmonelosis (principalmente diarrea y/o vómitos acompañados de fiebre y dolor de cabeza) se recomienda acudir a un centro de salud".

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición apunta que el hecho de que se inicie un expediente de alerta alimentaria, a nivel nacional o europeo, no significa que los productos implicados hayan llegado al consumidor, incluso si esos alimentos ya han iniciado su proceso de comercialización dentro de la cadena alimentaria en España. Por eso, no todos los expedientes notificados en la red europea -RASFF - son sistemáticamente objeto de comunicación a la población en nuestro país.

La razón del lanzamiento de una alerta es que empresas y autoridades competentes han identificado determinados productos no seguros y trabajan contrarreloj para retirarlos, evitando en última instancia que sean puestos a disposición de la población.

A pesar del rápido funcionamiento de la red de alerta alimentaria, los productos alertados pueden llegar hasta la población y, en esa circunstancia, se activan nuevos mecanismos, fundamentalmente en el ámbito de la comunicación, para informar de manera efectiva a toda la población y evitar que esos productos concretos sean consumidos.