El físico e investigador de la Universitat Rovira i Virgili (URV) Àlex Arenas es una de las personas que analiza los datos del coronavirus en Catalunya. Y ya son muchos los que, como él, dicen que habría que tomar medidas más restrictivas por la situación epidemiológica actual.
A estas alturas, no sé si ya podemos hablar de tercera ola o si es la 2.2. ¿En todo caso, cree que esta será peor que la de octubre?
El problema es que los indicadores no habían bajado. No podríamos decir que bajamos. De hecho, a media bajada nos ha entrado esta nueva tendencia fuerte de aumento de infecciones. La tercera ola creo que será peor que la primera. No peor en el sentido de pruebas, que entonces no había ni estábamos preparados, pero sí con respecto al impacto de número de casos, que será muy elevado.
Hoy por hoy, no tenemos ningún ingrediente para ser optimistas más allá del proceso de vacunación que no empezará a surtir efecto hasta dentro de dos meses. Todo lo que necesitamos no llegará hasta abril. Las vacunas no son una solución inmediata.
Ahora mismo se tendría que hacer un confinamiento total. No se tendría que haber llegado a este momento, pero no se han tomado las medidas cuando tocaban. Ahora ya estamos allí y es la única salida. Ahora mismo el virus es imparable.
Las vacunas no son una solución inmediata
Desde Salut se dice que el crecimiento de casos está siendo más lento. ¿Cambiará la tendencia ahora con los resultados después de las fiestas de Navidad sobre la mesa?
No sé por qué Salut hace lo que hace. Somos muchas las personas que diariamente seguimos la pandemia y estamos alineados, estas medidas no son suficientes. Las fiestas de Navidad se tendrían que haber restringido de manera más sensata. Cuando no tomas medidas y dejas que crezca es insostenible. La positividad está ahora en muchas comarcas al 10%. Esta positividad nos dice que estamos peor de lo que estamos viendo porque no tenemos esta detección. Tenemos más casos de los que estamos testeando, eso quiere decir que tenemos una parte ciega de casos que no se reporta y es elevada.
¿Qué situación tenemos que esperar, pues, para estos próximos días?
Tenemos que esperar un crecimiento sostenido y podemos llegar a los 4.500 y 5.000 casos diarios muy pronto. El dato puntual de un día no dice nada. Lo que es muy preocupante es la tendencia y la tendencia es mala.
¿Y sobre la presión asistencial?
Este es uno de los factores más fiables. Cuando tienes mucha positividad, la presión asistencial llega al cabo de un tiempo. Para dentro de unos días muestra un crecimiento que no es nada positivo. Un crecimiento y una acumulación. Los pacientes que entran en la UCI son de larga duración, 28 días o más. Y eso se acumula.
La situación es bastante clara para cualquiera que entienda. Los expertos independientes estamos todos alineados, las diferencias son mínimas. Eso no es lo que está pasando con respecto a decisiones políticas. Cuanto antes te adelantes, menos afectará a los otros factores, si esperas y esperas a que llegue el agua hasta al cuello, las medidas tienen que ser mucho más contundentes y no tienen un efecto tan inmediato y tienen una repercusión muy importante. Salud, economía y educación. Es muy sorprendente y frustrante.
¿Nos hemos relajado con la llegada de la vacuna?
En el ámbito social no creo que haya tenido una repercusión importante. Las autoridades utilizan la vacuna como una bandera y no como una realidad. La vacuna es fundamental y tendría que ser la prioridad número uno. Pero las vacunas son fruto de un acuerdo con Europa, y en Catalunya y España llegarán las que toquen. La vacunación masiva que necesitamos no llegará hasta que llegue el número necesario de vacunas y eso no será hasta el mes de abril. Lo que tenemos ahora es poquísimo y con estas vacunas no hacemos nada y para lo que no servirán tampoco es para detener el impacto de esta tercera ola en la cual estamos metidos.
Las autoridades utilizan la vacuna como una bandera y no como una realidad
Parece que el Govern propondrá este viernes un aplazamiento de las elecciones previstas para el 14 de febrero. Con la situación que tenemos ahora, y la que se prevé que habrá, ¿es una decisión acertada?
Totalmente. Todas las proyecciones que hemos hecho señalan una tendencia y una evolución muy negativa que ponen en peligro el derecho a voto de una parte de la población debido a la epidemia.