La inflamación es un proceso natural del cuerpo humano, que nos ayuda a combatir enfermedades y que forma parte del proceso de curación. Pero el ritmo de vida que llevamos, el estrés, determinadas patologías o hábitos de vida poco saludables, esta inflamación puede convertirse en algo crónico y aumentar el riesgo de sufrir determinadas enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad.
No exclusivamente pero sí en gran medida, la dieta tiene un papel fundamental para favorecer la inflamación crónica. Estos son algunos de los alimentos que la provocan.
El jarabe de maíz con alto contenido de fructosa
El jarabe de maíz con alto contenido de fructosa es un tipo de azúcar que está muy presente en muchos productos elaborados que compramos en el supermercado. Contiene un 45% de glucosa y un 55% de fructosa. Hay que prestar especial atención a zumos, refrescos y productos de bollería. La fructosa causa inflamación dentro de las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos, lo cual es un factor de riesgo de enfermedad cardíaca.
Grasas trans artificiales
Las grasas trans artificiales son las grasas menos saludables que existen. Se fabrican agregando hidrógeno a las grasas insaturadas, que son líquidas, para darles la estabilidad de una grasa más sólida. En las etiquetas de los ingredientes, las grasas trans a menudo se enumeran como aceites parcialmente hidrogenados. La mayoría de las margarinas contienen grasas trans y, a menudo, se agregan a los alimentos procesados para prolongar la vida útil. Su consumo está relacionado con altos niveles de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva.
Aceites vegetales y de semillas
Diversos estudios han demostrado que ciertos aceites vegetales promueven la inflamación debido a su contenido muy alto de ácidos grasos omega 6. Aunque algunas grasas omega 6 en la dieta son necesarias, la dieta occidental típica proporciona mucho más de lo que la gente necesita. Por eso los médicos recomiendan comer más alimentos ricos en omega 3, como pescado graso, para mejorar la proporción de omega 6 a omega 3 y obtener los beneficios antiinflamatorios de los omega 3.
Carbohidratos refinados
Durante siglos hemos consumido carbohidratos no procesados con alto contenido de fibra, el problema es que en la actualidad tomamos una gran proporción de carbohidratos refinados, como el pan blanco o la pasta que no sea integral, que pueden generar inflamación porque se les ha eliminado la mayor parte de su fibra.
Carne procesada
El consumo de carne procesada se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer de estómago y colon. Son alimentos como las salchichas, tocino, jamón o la carne ahumada. Contienen productos finales de glicación (AGE) más avanzados que la mayoría de las otras carnes. Los AGE se forman al cocinar carnes y algunos otros alimentos a altas temperaturas. Aumentan la inflamación y su consumo se asocia con un mayor riesgo, sobre todo, de cáncer de colon.