El cortisol es una hormona de nuestro organismo que fabrica la capa exterior de la glándula suprarrenal. Su función es ayudar al cuerpo a hacer un mejor uso de la glucosa, la proteína y las grasas. La ciencia ha demostrado que, en situaciones de estrés, nuestro cuerpo segrega más cantidad de esta hormona para prepararse y obtener un mayor rendimiento de las funciones vitales.

El problema es cuando tenemos estrés de forma crónica y los niveles de esta hormona permanecen elevados durante mucho tiempo, porque las consecuencias para la salud son muy negativas, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y de otro tipo, como el cáncer.

En los últimos años se ha investigado cómo se comporta el cortisol y qué tipo de acciones se pueden llevar a cabo para que los niveles en nuestro organismo bajen si permanecen demasiado elevados. En un estudio llevado a cabo por el Instituto Beckman, y concretamente por las expertas Michelle Rodrigues y Si On Yoon, se ha evaluado cómo la amistad y las relaciones con los demás y la forma en que se llevan a cabo, impactan en nuestras respuestas al estrés.

La investigación se ha centrado en las mujeres, que según las expertas “han desarrollado un mecanismo alternativo en respuesta al estrés y para lidiar con el estrés, las mujeres entablan amistad”.

Como respuesta contra el estrés, las mujeres desarrollan relaciones de amistad

El equipo también probó la hipótesis de la selectividad socioemocional, que postula una poda social a medida que los humanos avanzan en edad y persiguen círculos de amigos más íntimos y de mayor calidad.

El estudio

La investigación se llevó a cabo con 32 mujeres, la mitad de 62 a 79 años y la otra mitad de 18 a 25 años. Cada participante estaba emparejada con un amigo o con un desconocido. Las asociaciones se sometieron a una serie de desafíos conversacionales, para cuantificar la eficiencia de las mismas. Las expertas encontraron que, si bien las parejas de adultos más jóvenes se comunicaban de manera más eficiente con parejas familiares que sus contrapartes mayores, se comunicaban de manera menos eficiente con parejas desconocidas; alternativamente, los adultos mayores demostraron destreza conversacional, articulando rápidamente los tangrams abstractos tanto a amigos como a extraños.

El equipo de Rodrigues también midió el cortisol salival para cuantificar y comparar los niveles de estrés de los participantes a lo largo del proceso de prueba. “Cuando experimentas algo estresante, si tienes un sistema de respuesta al estrés que funciona como debería, el resultado es una cantidad elevada de cortisol, nuestra principal hormona del estrés, que luego le dice a nuestro cuerpo que libere glucosa en el torrente sanguíneo”, asegura.

“Eso se refleja en nuestra saliva unos 15 a 20 minutos después de que lo experimentamos. Si vemos un aumento en el cortisol salival de los niveles iniciales de un individuo, eso indica que está más estresado que en el momento de las mediciones anteriores”. En ambos grupos de edad, aquellos que trabajaban con parejas familiares tenían niveles de cortisol consistentemente más bajos que aquellos que trabajaban con parejas desconocidas. “Podemos ver que la amistad tiene el mismo efecto a lo largo de la vida. Las parejas familiares y la amistad amortiguan el estrés, y eso se conserva con la edad”, aseguran.