Prácticamente el doble de vacunas de AstraZeneca que la Unión Europea ha recibido hasta ahora, tenían un destino final que no era el pactado. Más de 29 millones de dosis almacenadas en Italia tenían previsto llegar hasta el Reino Unido.
Las autoridades italianas han destapado el escándalo después de una investigación mandada por la misma Comisión Europea que los ha acabado llevando a la planta de Catalent Pharma, en el municipio de Anagni, cerca de Roma. Según adelanta el diario La Stampa, esta farmacéutica no había informado en el gobierno italiano ni a las autoridades comunitarias sobre el envío.
Las vacunas habrían sido fabricadas en una planta holandesa que todavía no tenía la autorización definitiva de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para su distribución pero sí del gobierno de Boris Johnson. Por eso, las dosis se fabricaron desde un inicio con un destino marcado, lejos de las fronteras europeas. Italia serviría como almacén final, previo a su viaje. Todo este engranaje levantó las primeras sospechas en una visita del comisario Thierry Breton a la fábrica holandesa de Leiden. Allí, percibió a principios de marzo la enorme capacidad de producción de esta, entre 5 y 6 millones de dosis mensuales y haciendo números no entendía la incapacidad de AstraZeneca para ir con retraso a los países miembro.
Conflicto con Londres
Este descubrimiento puede tensionar, todavía más, las relaciones entre Londres y Bruselas. Por una parte, desde Europa no se ha dado en ningún momento la autorización de su venta al Reino Unido y, previamente, ya se habían pedido explicaciones sobre la producción al consejero delegado de AstraZeneca, Pascal Soriot ante la falta de información y transparencia. Toda esta remesa juega con los intereses a un lado y el otro: la Unión Europea tan sólo ha recibido 16,6 millones de dosis, prácticamente la mitad de las que se han encontrado en este almacén y lejos de los 80 millones que, en un primer momento, se acordaron. Del otro, los británicos ven esencial recibirlas para garantizar la segunda dosis a casi quince millones de ciudadanos que ahora ya la esperan.
De momento, la Comisión Europea no se ha pronunciado pero la deriva de los últimos días se constata. Su presidenta, Ursula von der Leyen, ya avisó el sábado: "Este es el mensaje por AstraZeneca, primero cumples tu contrato con Europa y después empiezas a proveer a otros países". Y añadió: "Tenemos la opción de bloquear las exportaciones planeadas", en una entrevista con el grupo de medios alemán Funke Media Group. Un aviso para AstraZeneca pero también a Johnson: "Nosotros no obtenemos nada a cambio de los británicos mientras la compañía les está entregando las vacunas a ellos". En esta línea, la canciller alemana Angela Merkel también marca desavenencias con la City: "Tenemos un problema que es bien conocido con AstraZeneca" y alabó la presión de Von der Leyen contra las intenciones inglesas.
La Unión Europea adoptó en enero un mecanismo de control de las exportaciones de vacunas, y la semana pasada extendió el plazo de aplicación de estas normas hasta finales de junio. En virtud de este mecanismo, empresas que firmaron con la UE contratos de preventa de vacunas tienen que obtener una autorización para exportar dosis fuera del bloque. Para prohibir la exportación de las vacunas, el Estado miembro donde se producen debe iniciar el procedimiento y acto seguido, la Comisión da su visto bueno.