Se habla de los niños, de los ancianos, pero…. ¿qué pasa con los jóvenes? ¿Cómo se les puede ayudar a vivir en esta situación de confinamiento? Es normal que en esta situación se sientan nerviosos, preocupados y ansiosos. Buena parte de ellos, además de por lo difícil de la etapa en la que nos encontramos, es por la presión con la que se enfrentan a los diferentes aspectos de su vida. En primer lugar, los estudios. Las adolescentes los afrontan con una mayor exigencia ante la incertidumbre de lo que está sucediendo, lo que les provoca un  mayor estrés.

Otro de los factores que más problemas de ansiedad está generando es la falta de socialización, lo que se traduce en un aumento de las consultas en las redes sociales, con los posibles inconvenientes que esto acarrea, especialmente en las chicas. Recientemente, la Real Sociedad de Salud Pública del Reino Unido publicó un estudio realizado entre adolescentes y jóvenes de entre 14 y 24 años que abordaba su relación con la redes sociales. Entre otras conclusiones, la investigación apuntaba a que para las jóvenes, las principales redes sociales, especialmente Instagram, seguida de Facebook, Snapchat, Twitter y YouTube, aumentaban sus preocupaciones sobre su imagen corporal por encima de las de aquellas que no son usuarias de este servicio.

A esto se añade el miedo que les produce la incertidumbre en lo que a expectativas en su futuro se refiere, en parte por lo poco alentador que parece, sobre todo en el terreno académico y profesional. La mayoría de ellos seguramente haya tenido que cambiar drásticamente sus planes para las próximas fechas. Algunos signos que pueden indicar que se está sufriendo un trastorno de ansiedad son los siguientes: agotamiento, autocrítica excesiva, aislamiento, irritabilidad, suspicacia, negatividad, sensación de inutilidad, desesperanza.

Cómo ayudarlos

En esta situación, el mejor consejo para ayudarles es fomentar la comunicación padres e hijos, para ayudar a admitir los síntomas y afrontar la ansiedad. Además, hay que darles su espacio, que sientan que tienen autonomía a pesar de todo. Este es un sentimiento muy importante en la adolescencia y puede producir mucha frustración si no se consigue alcanzar. También se debe fomentar a través de medios telemáticos que se relacione de una forma equilibrada con sus amistades.

Respecto a los estudios hay que inculcarles lo especial de la situación, para que no sientan una excesiva presión que pueda perjudicar demasiado sus resultados escolares. También es importante que sigan unos correctos hábitos de alimentación con una dieta equilibrada, que no rompan las rutinas de sueño, que no pasen demasiado tiempo frente a una pantalla ni con las redes sociales y que hagan a diario ejercicio durante, al menos, 45 minutos al día.

Y, por último, si presentan unos índices de ansiedad demasiado elevados o no pueden seguir sus rutinas debido a situaciones de angustia o demasiado estrés, lo más adecuado es ponerse en contacto con un especialista.