Durante el confinamiento, la relación entre padres e hijos, dado el tiempo que pasan juntos, se ha vuelto más intensa en muchos aspectos. Los padres tiene que ejercer su labor como tales, además de convertirse en una suerte de profesores debido a la suspensión de las clases presenciales. En este sentido, puede ser una buena oportunidad para trabajar con los niños un aspecto fundamental en sus vidas: la autoestima.
Este concepto tiene que ver mucho con la educación emocional que damos a los más pequeños. Según dos de los mayores expertos en esta cuestión, Peter Salovey, profesor y rector de la Universidad de Yale y Jhon Mayer profesor de la Universidad de New Hamsphire, la inteligencia emocional incluye la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emoción; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan pensamientos; la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional; y la habilidad para promover crecimiento emocional e intelectual.
El otro gran hito de este concepto fue el libro Inteligencia emocional, del psicólogo Daniel Goleman, Doctor en Harvard, quien afirmó que habilidades como el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia, la capacidad para motivarse a uno mismo eran fundamentales para alcanzar el éxito personal y profesional. Todas estas investigaciones han influido a la hora de tener una mayor conciencia de la necesidad de que la educación emocional sea una pieza fundamental en la educación que reciben los niños. Y lo cierto es que, aunque en los colegios cada vez se da más importancia a esta cuestión, el mayor peso recae en las familias.
La autoestima es uno de los pilares la educación emocional y hace referencia a la percepción que tenemos de nosotros mismos. Estos son algunos de los consejos para fomentarla.
>Ayúdalos a la hora de expresar y comprender sus propias emociones, ayudándoles a entenderlas y comunicarlas de una forma positiva.
>La regulación emocional, entendida como la capacidad de ofrecer la reacción más adecuada para gestionar las diferentes situaciones que se pueden dar en el día a día.
>El autoconocimiento de aptitudes y debilidades, así como de las reacciones que tiene cada uno.
>La autonomía personal, en relación al fomento de la capacidad de valerse por sí solos.
>La flexibilidad a la hora de adaptarse a las situaciones y la empatía para reconocer las emociones en los demás.
>El fomento de la participación de los niños en las diferentes iniciativas, actividades y obligaciones que se llevan a cabo en casa.
> La utilización de un lenguaje positivo que fomente su seguridad y las emociones positivas.