La última tendencia de moda en el mundo de la alimentación es el Batch cooking, que consiste en elegir la mañana o la tarde de un día para dedicarla a hacer toda la comida del resto de la semana.

Tiene muchas ventajas. En primer lugar, es una forma sencilla de planificar un menú equilibrado para toda la familia y, generalmente, permite ahorrar dinero porque con una sola compra tenemos muy claro cuáles son los ingredientes que necesitamos para varios días. El hecho de improvisar cada día la alimentación, con el ritmo de vida de la sociedad occidental, provoca que en buena parte de las ocasiones comamos o cenemos lo que nos apetece, o hagamos lo más rápido en lugar de lo que más le conviene a nuestra salud. Por eso el Batch cooking es una buena opción para aquellos que quieran prestar atención a la nutrición de una forma más exhaustiva.

El primer paso para ponerse a hacer un buen Batch cooking es el de fijar una tarde o una mañana a la semana y procurar ser fiel a esta rutina. De esta manera, también podremos planificar cuál es el mejor día para hacer la compra con los ingredientes que se necesitan. En segundo lugar, conviene sentarse y ponerse a hacer un menú equilibrado para toda la semana que, además, permita conservarse o incluso congelarse sin problema.

Para elaborar este menú, lo mejor es fijarse en las recomendaciones de la Escuela de Medicina de Harvard y su Método del Plato, según el cual, cada plato que ingiramos debe estar compuesto por verduras (que deben ocupar la mitad), proteínas (un cuarto) e hidratos de carbono (otro cuarto). A esto hay que añadirle las siguientes recomendaciones: verduras a diario, cinco piezas de fruta al día, carne roja una o dos veces a la semana, pescado dos o tres veces a la semana y legumbres no menos de cuatro días a la semana. Asimismo, tenemos que elegir formas de cocción que podamos combinar. Por ejemplo: guisos en la olla, purés, verduras al vapor, carnes y pescados al horno… De esta forma, podremos hacer más de un plato a la vez y ahorraremos tiempo y energía.

Una vez hemos planificado el menú en función de nuestros gustos y las recomendaciones saludables, el siguiente paso es elaborar una lista de la compra a partir de la cual adquirir todos los alimentos que se necesitan.

Con todos los ingredientes y el menú elaborado, ya sólo queda ponerse manos a la obra y cocinar. Otra de las grandes ventajas del Batch cooking es que te permite aprovechar ingredientes. Por ejemplo, el caldo de hervir verduras  puede servir para hacer un guiso de carne, o los restos de las espinas de pescado o de la carne pueden aprovecharse para hacer un caldo. Al hacerlo todo a la vez, se ven más claras las opciones que nos ofrecen los diferentes alimentos.

Una vez se han realizado los diferentes platos, hay que utilizar tuppers, frascos o bolsas para congelar para meterlos en la nevera o el congelador. En función de los miembros de la familia, hay que establecer el tamaño del recipiente de manera adecuada. Por último, hay que tener en cuenta la conservación. El consumo de los alimentos debe seguir el siguiente orden en función de su capacidad de permanecer en buen estado en la nevera: marisco, pescado, carne, huevos, verduras y legumbres. Éstas últimas pueden aguantar hasta cuatro días. Para el resto, es mejor optar por la congelación si posponemos en exceso su consumo.