El café es una de las bebidas más estudiadas por parte de la comunidad científica, porque se consume en muchos países del mundo por parte de personas de perfiles muy diferentes: hombres, mujeres, jóvenes, ancianos… Esto hace que sea muy interesante para la ciencia, porque permite analizarla desde muchos puntos de vista.
Lo cierto es que se ha relacionado con muchos beneficios potenciales para la salud, pero los expertos sostienen que no se debe incluir en la dieta a no ser que sea por gusto. Es decir, que se debe beber por placer, no para prevenir enfermedades.
La revista The New England Journal of Medicine ha publicado un nuevo informe científico y consiste en una revisión de los estudios más recientes realizados sobre esta bebida. Tomar cafeína de forma moderada es seguro para la mayoría de las personas y la cantidad debe ser regulada por el propio consumidor. Debe ser cada uno el que preste atención a si esta bebida puede afectar su capacidad de conciliar el sueño o provocar agitación o ansiedad. Si lo hace, se debe adaptar su nivel de ingesta o el momento de la ingesta durante el día.
Ese es el consejo de los expertos para la mayoría de los adultos. Sin embargo, las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado y limitar la ingesta a no más de 200 miligramos de cafeína al día. Los científicos que han participado en el estudio reconocen que a lo largo de los años ha habido muchos cambios en la visión del café y más concretamente la cafeína y su incidencia en la salud. Pero la evidencia muestra que a pesar de su mala reputación como estimulante, el café con cafeína no parece aumentar el riesgo de potenciar la presión arterial alta, ni favorecer problemas cardiovasculares.
De hecho, el consumo de café se ha relacionado con menores riesgos de desarrollar enfermedades cardíacas, así como con otras afecciones graves. La lista incluye diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer, enfermedad de Parkinson, enfermedad hepática y cálculos biliares, según la revisión. Es más, el café puede perfectamente ser parte de un estilo de vida saludable, según señalan los responsables del estudio.
También se hace referencia al café en cápsulas que se toma en buena parte de las cafeteras caseras. Los estudios que se han llevado a cabo al respecto han concluido que no son más contaminantes, pero eso sí, hay que fijarse bien en los ingredientes. Porque aunque hay algunas que solo están hechas de café, otras contienen leche y altas cantidades de azúcar. En este caso, el problema no estaría entonces en el café o en la cafeína, que puede ser perfectamente saludable, sino en los añadidos que llevan las mismas capsulas. En definitiva, se trata de beber café, no un batido de leche dulce que puede ser perjudicial para la salud.
Existen otras fuentes de cafeína en la dieta, como los refrescos y el chocolate. Sin embargo, en su mayor parte, contienen bajas cantidades de cafeína. Solo hay algunas excepciones como las bebidas energéticas, que sí que tienen más cafeína, pero su alto consumo no es recomendable porque puede causar picos en la presión arterial y palpitaciones del corazón.