El Consejo de Ministros aprueba este martes el proyecto de ley anunciado el verano pasado con el objetivo de reducir el consumo de alcohol entre menores, una normativa que prevé limitar los espacios en los que se podrá beber, así como la publicidad, el patrocinio y la venta. La ley, un proyecto del Ministerio de Sanidad de Mónica García, de la rama de Sumar del Gobierno, iniciará ahora el periplo parlamentario para aprobarse definitivamente. De esta manera, se busca aunar y homogeneizar a nivel estatal las normativas dispersas que restringen el consumo de alcohol en menores que ya aplican gobiernos autonómicos y municipales.
El Ministerio de Sanidad considera que el consumo precoz de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar adicción y afecta negativamente al desarrollo cerebral en esta etapa vital de crecimiento. El objetivo, por tanto, es "prevenir el consumo de alcohol, retrasando la edad de inicio, proteger las consecuencias del consumo y reducir los episodios de consumo intensivo en este grupo vulnerable". También se quiere acabar con la idea de que existe un consumo moderado o responsable.
Por ello, la futura ley prohibirá el consumo a todas las personas, adultos incluidos, en centros de enseñanza—salvo universidades—, de protección de menores y residencias de estudiantes que admitan menores y en espacios deportivos, de ocio o dedicados a espectáculos públicos cuando haya sesiones que se hayan concebido expresamente para ellos. En esos lugares en los que no se podrá beber, tampoco se podrá poner publicidad, ni en sus cercanías —menos de 200 metros— ni en las de otros lugares frecuentados por menores, como centros sanitarios, de servicios sociales y sociosanitarios, parques y lugares de ocio infantil. Esto incluye también el mobiliario de hostelería, sean sillas, mesas, toldos, sombrillas, servilleteros o cualquier elemento que haga alusión a una marca de bebida alcohólica. Tampoco podrá haber publicidad de bebidas en marquesinas del transporte público o en los propios buses y trenes.
Multas de hasta 600.000 euros
Entre otras medidas, la normativa extiende el veto de cualquier forma directa, indirecta o encubierta de publicidad de productos que simulen ser una bebida alcohólica y prohíbe el uso de voces o imágenes de personas de menos de 21 años, de adultos caracterizados de menores, embarazadas o personajes reales o ficticios de relevancia para la población menor de edad. En suma, nada de frases, tipografía o diseños sacados de la cultura e intereses de los jóvenes y niños. También obliga a instalar en las máquinas expendedoras mecanismos que comprueben la mayoría de edad, similar al que ya usan algunas máquinas de tabaco.
La normativa habilita a las fuerzas de seguridad poder hacer pruebas de alcoholemia en lugares y en circunstancias en las que el consumo de alcohol esté prohibido y contempla la posibilidad de sustituir las sanciones derivadas de infracciones leves por la participación en programas de sensibilización. La ley también recoge que las multas podrán ir de 60 a 600.000 euros en función de la gravedad.
El 76% de los menores dice haber consumido alcohol
Según la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida entre estudiantes de 14 a 18 años. En 2023, el 75,9% dice haberlo consumido alguna vez en su vida, el 73,6%, en el último año, y el 56,6%, en el último mes. Esta encuesta refleja que la edad media de inicio del consumo es demasiado precoz, tanto para el consumo ocasional (14 años en hombres y mujeres), como para el semanal (15 años). La percepción de los adolescentes sobre la facilidad para adquirir bebidas alcohólicas es muy alta y el porcentaje que consideran que les resultaría fácil o muy fácil conseguir bebidas alcohólicas alcanza el 93%, pese a la prohibición legal.