Una de cada diez familias en las que hay personas mayores de 70 años tiene algún miembro con la enfermedad de Alzheimer. Y las proyecciones de incidencia indican que el número de enfermos continuará creciendo en los próximos años. Se trata de uno de los mayores retos a los que se enfrenta la medicina actual, debido principalmente al envejecimiento de la población. Por esta razón, existen numerosos equipos de investigación en todo el mundo que están dedicando sus recursos a hallar las causas y los tratamientos para tratar esta patología.
El estudio
Normalmente, el Alzheimer se diagnostica después de que aparecen los síntomas, cuando ya poco se puede hacer. Por eso cobra mayor importancia una investigación realizada en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, una de las más prestigiosas de Estados Unidos en la que un equipo de expertos han podido identificar cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer que pueden ocurrir décadas antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad.
Para llevar a cabo el estudio, los científicos revisaron los registros médicos de 290 personas de 40 años o más con antecedentes familiares de la enfermedad o en situación de riesgo en un esfuerzo por descubrir factores predictivos de deterioro cognitivo. Esto les permitió observar a las personas 20 o 30 años antes de que presenten síntomas clínicos.
Los expertos encontraron diferencias significativas en las mediciones de las pruebas de habilidades mentales tomadas hasta 15 años antes. Cuando los investigadores observaron los niveles de líquido cefalorraquídeo, encontraron que una sustancia relacionada con las proteínas tau –unas proteínas microtubulares del sistema nervioso central– había aumentado significativamente en un proceso que comenzó casi 35 años antes de que se desarrollaran los síntomas.
También se observaron ligeros cambios en el área del cerebro responsable de la memoria casi 10 años antes de que se manifestaran los problemas cognitivos. Según desvela un comunicado emitido por los investigadores, “el estudio sugiere que es posible utilizar imágenes del cerebro y análisis del líquido cefalorraquídeo para evaluar el riesgo de enfermedad de Alzheimer al menos 10 años o más antes de que ocurran los síntomas más comunes, como un deterioro cognitivo leve”.
Este estudio supone, sin duda, un gran avance en la lucha contra el Alzheimer, pues identificar una serie de biomarcadores que puedan adelantar el riesgo de desarrollar la enfermedad abre todo un campo de acción para desarrollar una prevención más específica y tratamientos más ajustados antes de que comiencen los síntomas.