El Hospital Trias y Pujol de Badalona, conocido como Can Ruti, incorporó hace dos años un programa terapéutico para tratar de forma no invasiva, a través de ultrasonidos, a pacientes afectados por temblores en las manos que provocan enfermedades como el Parkinson o por trastornos del movimiento como el temblor esencial. Esta técnica permite tratar sin cirugía estas enfermedades y, después de haberla aplicado en más de 220 pacientes, se ha demostrado el éxito de esta terapia, que ha permitido mejorar entre un 70% y un 90% la estabilidad del pulso en estos pacientes, aunque hay algún caso en que ha llegado incluso al 100%. Además, este tratamiento permite aplicarlo a pacientes de más 80 años, que no se operaban con la cirugía que se utilizaba anteriormente, y que consistían en implantar unos electrodos intracerebrales al enfermo.
El primer centro público catalán
Can Ruti es el primer centro catalán en incorporar esta técnica, y que cuenta con el equipamiento de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU). El procedimiento consiste en calentar a 60 grados un punto determinado del cerebro para provocar una lesión controlada que elimina el temblor involuntario. El jefe de la Unidad de trastornos del movimiento del área de Neurociencias de Can Ruti, Ramiro Álvarez, explica a la ACN que esta "pequeña lesión por coagulación térmica" en el cerebro pone fin a los temblores. Habitualmente, lo que se hace es tratar la mano dominante, pero también se puede hacer en la mano contraria, dependiendo de las necesidades o el grado de afectación de cada paciente. Desde septiembre, a más, también se han hecho 16 tratamientos bilaterales —de las dos manos—, con un intervalo de entre nueve y 12 meses entre los dos procedimientos, dado, que, como explica Álvarez, nunca se hacen las dos extremidades a la vez por seguridad.
No provoca efectos secundarios
Can Ruti empezó a implementar esta técnica no invasiva por ultrasonidos hace dos años, después de hacer una inversión de cinco millones de euros. Hasta aquel momento, este tratamiento solo se podía realizar en Catalunya en centros privados, mientras que en el resto del Estado sí se podía acceder a través de la sanidad pública en Galicia y Madrid. La técnica, además, no provoca efectos secundarios, no requiere ingreso previo y el paciente puede recibir el alta pocas horas después de la intervención.
El tratamiento por ultrasonidos permite una mejora inmediata y persistente, y esta técnica está orientada especialmente a pacientes con un nivel de temblor incapacitante, que impide llevar a cabo tareas básicas como escribir, comer, beber o afeitarse, como es el caso de Carles Torrent, un paciente de 70 años que explica a la ACN su experiencia satisfactoria. "He probado un montón de medicamentos, un montón... pero no han funcionado", se lamenta Torrent, de que no podía hacer las tareas esenciales, ni tampoco ejercer su profesión de ceramista, condicionada al uso de las manos. Precisamente estos pacientes que no respondían a los tratamientos farmacológicos eran los que se tenían que someter a los tratamientos anteriores, cirugías para la implantación de electrodos en las estructuras cerebrales y, que en muchos casos, la hacían contraproducente en grupos de pacientes que podían sufrir riesgos potenciales de efectos secundarios, o bien pacientes de más de 80 años que, según Álvarez, no se habían operado. En cambio, con la técnica de los ultrasonidos, ya se han tratado pacientes de 89 años.