Las pautas dietéticas generalmente recomiendan obtener entre el 45 y el 65% de las calorías diarias procedentes de los carbohidratos. Sin embargo, cada vez son más los expertos abogan porque las personas, especialmente aquellas con diabetes o con resistencia a la insulina, deberían ingerir muchos menos carbohidratos. De hecho, muchos recomiendan menos de la mitad de esta cantidad.
Existen tres tipos principales de carbohidratos: azúcares, almidones y fibra. El azúcar pertenece a una categoría conocida como carbohidratos simples que pueden una molécula de azúcar (monosacáridos) o dos (disacáridos). El azúcar se encuentra naturalmente en alimentos y bebidas como frutas enteras, zumos, productos lácteos y miel. También se agrega a los alimentos procesados como los dulces.
Los almidones y la fibra son carbohidratos complejos. Los carbohidratos complejos tienen al menos tres moléculas de azúcar. El cuerpo necesita más tiempo para digerir o descomponer los almidones que el azúcar y no puede digerir la fibra en absoluto. Los almidones se encuentran en alimentos como las patatas, maíz, legumbres y panes y pastas integrales. La fibra se encuentra en alimentos como frutas, verduras, legumbres, nueces y cereales integrales. A diferencia de los azúcares y los almidones, la fibra natural no eleva el nivel de azúcar en la sangre e incluso puede ralentizar su aumento. Muchos alimentos y bebidas, como el arroz, contienen más de un tipo de carbohidrato.
De los tres macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas), los carbohidratos tienen el mayor efecto sobre el azúcar en sangre. Eso se debe a que el cuerpo descompone los carbohidratos en azúcar, que ingresa al torrente sanguíneo.
Esto ocurre con todos los carbohidratos digeribles, incluidas las fuentes refinadas como las patatas fritas y las galletas, así como las fuentes enteras sin procesar como las frutas y verduras.
Cuando las personas con diabetes consumen alimentos con alto contenido de carbohidratos, sus niveles de azúcar en sangre pueden aumentar. La ingesta alta de carbohidratos generalmente requiere altas dosis de insulina o medicamentos para la diabetes para controlar el azúcar en sangre.
Los estudios han demostrado que reducir la ingesta de carbohidratos pueden ayudar a controlar el azúcar en la sangre, y la cantidad óptima de carbohidratos varía según el individuo.
No existe una recomendación única para todos sobre cuántos carbohidratos deben comer las personas con diabetes. Sin embargo, son muchos los expertos que creen que su ingesta no debe representar más del 26% de las calorías diarias. Para las personas que consumen entre 2000 y 2200 calorías al día, esto equivale a 130 a 143 gramos de carbohidratos. Según una revisión científica, las personas que consumían no más del 26% de las calorías de los carbohidratos tenían un 32% más de probabilidades de experimentar una remisión de la diabetes que las personas que en su mayoría seguían una dieta baja en grasas. Pero sus beneficios también son evidentes para las personas que tienen una buena salud.