En una tercera ola que ha hecho romper los esquemas, incluso de unas elecciones en el Parlament, hay que tomar el pulso a uno de los hospitales de referencia en Catalunya, el Universitari de Bellvitge. Por eso, más allá del punto de vista de los epidemiólogos, es interesante conocer la realidad y situarla en el ahora inmediato.
La presión sanitaria es la que acaba determinando las restricciones y la toma de decisiones de los gobernantes. Por todo ello, hablamos con la directora y doctora en Medicina y Cirugía del Hospital Bellvitge, Cristina Capdevila, que lleva más de cuatro años liderando uno de los grandes hospitales catalanes. El Hospital Universitari de Bellvitge es un centro sanitario de tercer nivel que dispone de tecnología y expertos profesionales para realizar los procedimientos asistenciales más complejos. Registra 20.000 intervenciones de cirugía mayor y 37.000 altas anuales.
Futuribles inmediatos teniendo en cuenta las cifras actuales en Bellvitge...
La semana que viene es la más tensa que pasaremos, estamos saliendo de las épocas de Navidad y arrastraremos a muchos pacientes en camas de críticos y semicríticos. Hasta finales de enero, será una situación muy complicada y en febrero espero que sea de bajada, pero muy lenta a causa de la evolución de los pacientes.
Los hospitales volverán a la normalidad en verano. Y con respecto a una actividad normal, se puede plantear el mes de marzo o abril. Se tendrá que dar respuesta a los que vengan nuevos y aquellos que ya están pero han sufrido complicaciones. En definitiva, la borrasca Filomena, a nivel sanitario, llega la semana que viene.
¿Es el momento más crítico?
Es la situación más próxima a poder estar llegando a este momento. Si acabamos la semana con una media de 90 pacientes ingresados por coronavirus, es un problema. Estamos en un momento de subida muy grande, es el más crítico desde después de la primera ola. Aunque tenemos la suerte de que los profesionales han podido hacer vacaciones por Navidad, pero muchos prefirieron venir a trabajar sabiendo que tenían sus derechos.
¿Si hacemos números, qué incidencia tiene la Covid-19?
En nuestro hospital tenemos 134 enfermos ingresados por coronavirus. De estos, 29 están en críticos de un total de 90 en esta unidad; 24 de 38 en semicríticos; y 85 de 450 en hospitalización general. En definitiva, ocuparía entre el 20% y el 30%, en la primera ola te diría que estábamos al 95% de pacientes Covid a nivel global. De momento, tenemos margen de maniobra para seguir haciendo el resto.
Hemos de tener claro el aviso del doctor Argimon
A pesar de todo, es una presión asistencial todavía soportable...
En Catalunya se ha hecho muy bien, las decisiones son buenas y hemos visto que vamos bien dirigidos, pero siempre hay una parte imprevisible. Y tenemos que tener claro el aviso del doctor Josep Maria Argimon: si ahora tenemos 134 enfermos por Covid, en el caso de Bellvitge, tienes otras 134 patologías que has tenido que desplazar ... Y esto es así.
Además, también nos preocupa dar respuesta a los aumentos inmediatos. Hoy estamos abriendo entre dos y tres unidades para este fin de semana, una de ellas Covid, para hacer frente a la afluencia de pacientes que nos puedan llegar. Estas unidades, en total, configuran 60 camas.
Ayer ingresamos el mayor número de pacientes Covid desde la primera ola
¿Por lo tanto, cuál es el problema principal?
Responder desde urgencias. Ahora tenemos el 98,5% de las camas de hospitalización ocupadas. ¿Es diferente a otros momentos? No, pero antes eran programados y ahora tenemos una situación cambiante donde notamos mucho la presión en urgencias.
Ayer ingresamos a 18 enfermos Covid-19, es el máximo desde la primera ola, y venimos de 13 o 14 diarios. Si eso se repite durante muchos días seguidos, implicará desprogramar. Este fin de semana tenemos margen, porque no operamos, pero el lunes tendremos que ver si podremos sacar adelante toda la previsión quirúrgica.
¿Ya no hablamos de desprogramar patologías más leves como unas cataratas sino el riesgo de otras más serias?
Por eso estamos manteniéndolas y no hemos desprogramado nada del paciente oncológico o urgente. La ventaja que tuvimos en la primera ola es que este paciente, no me digas por qué, desapareció. No venían a urgencias, había menos ictus, infartos o arritmias. Pero esta vez siguen viniendo y les tenemos que dar respuesta.
En la primera ola teníamos problemas a nivel estructural, ahora de profesionales
Al final, es tan importante la patología Covid como la no Covid, porque son igual de urgentes. Lo que pasa es que si te encuentras un paciente Covid que tienes que intubar, lo tienes que hacer, y el otro puede demorar unos días, pero no mucho. En la primera ola teníamos problemas a nivel estructural, ahora es un problema de profesionales, para dar respuesta a todo este tipo de pacientes, en las diferentes especialidades. E intentar llegar si no a todo, a casi todo.
Durante la primera ola, el paciente de infarto o ictus no venía al hospital, ahora sí
Es interesante analizar la reacción de un paciente...
Probablemente estar en casa hace que tengas menos accidentes de tráfico, los politraumas bajaron en picado durante la primera ola. Pero los ictus o infartos se pasaron de forma errónea en casa, porque las personas tenían miedo a ir al hospital. Ahora, este miedo se ha perdido y la gente se desplaza.
También es cierto que, de estar en casa, problemas como la hipertensión vinculada a un infarto disminuyen... Quizás porque estábamos más tranquilos. Después de la primera ola, vimos que había gente que estaba mucho más grave porque no vinieron en primera instancia.
El 25 de enero inauguraremos el Hospital Delta, especializado en Covid-19
Pues hacen falta refuerzos.
No podemos olvidar que somos la referencia del sur, si hay problemas de pacientes de aquí hasta las Terres de l'Ebre, somos el último peldaño. Tenemos el Hospital Delta pendiente de inaugurar el día 25 de enero, un trabajo titánico para dar respuesta que nos ayudará a organizarnos mucho a nivel de urgencias. Este es un hospital Covid y está adherido al de Bellvitge con una pasarela.
De hecho, será el primero que se inaugurará en Catalunya y no es uno prefabricado, sino fijo. Abriremos 64 camas de hospitalización y 48 puntos de urgencias más y nos ayudará a que la mayoría de los pacientes Covid estén allí. Eso nos permitirá disminuir el número de pacientes que van de un lado a otro y la funcionalidad comunicativa será muy alta, de hecho, estará ubicado donde estaba nuestro parking. No nos tenemos que imaginar un hospital de campaña, el Delta ha venido para quedarse y ganaremos en estructura y orden.
Otro aspecto pionero de Bellvitge es que desde la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios, la UCRI, tratasteis cerca del 70% de los pacientes Covid que no necesitaron ingresar en la UCI.
Ya hace años que la teníamos y estaba muy activa durante el periodo de la gripe. El año pasado se juntó con la Covid, hemos pasado de 4 camas hasta las 80 en los momentos más tensos. Aquí, al paciente se le practica una ventilación no invasiva que no requiere intubación. Se puede hacer una intervención precoz para evitar que acaben en la UCI y nos ha dado muy buen resultado.
Pero no olvidemos que cuando decimos que tenemos a 30 pacientes en cuidados intensivos, tenemos que tener en cuenta que hay más en esta otra unidad. Nos hemos organizado de esta manera y también a nivel de territorio, en red, con otros hospitales que no disponen de este servicio.
¿La UCRI es única en Catalunya?
En los hospitales terciarios la mayoría tienen, pero no todo el mundo se organiza igual. Nosotros lo hacemos por área de conocimiento y los neumólogos o enfermeras son los grandes especialistas. Del mismo modo que puede haber una unidad de digestivo, vascular o cardiaco.
Y el resultado vemos que es mucho mejor porque está dentro de la misma área de conocimiento y los profesionales están en el mismo lugar. Apostamos por tener áreas de semicríticos para cada especialidad y no en áreas comunes. La necesidad a nivel de enfermería es más baja que en una UCI donde hace falta una enfermera prácticamente para cada paciente.
Mañana acabaremos de vacunar a 3.500 sanitarios de Bellvitge
¿Y por el lado de los sanitarios, cómo va el ritmo de vacunaciones?
Empezamos a vacunar el 5 de enero y aquel mismo día ya llegamos a los 600 profesionales. En Bellvitge somos casi 5.000 trabajadores y tenemos 3.500, a fecha de hoy, que han decidido vacunarse. Ahora mismo sólo nos quedan 800 personas para suministrarles la primera dosis y se hará entre hoy y mañana.
Pero tenemos que intentar vacunar a todo el mundo, no es que los otros se nieguen, sino que tienen contraindicaciones, son mujeres embarazadas, o también algún reticente que quiere que primero se vacune el de al lado. Pero nuestro objetivo es llegar al 100%. Y también nos proponemos ir más allá con todo el personal asistencial del territorio y el no asistencial, como limpieza o cocina.
¿Como directora, siente que ha priorizado el oficio de gestora por delante del de doctora?
La pandemia nadie se la esperaba y menos de esta magnitud. Ha sido un reto para mí, nadie quería que pasara, pero nos tocaba hacer este trabajo y si ha habido que venir todos los días de la semana, y a la hora que fuera, se hace. Yo soy médico, cuando decidí que quería serlo era para ayudar y más de lo que hemos ayudado ahora... El nivel de satisfacción es muy alto, sobre todo ver cómo hemos sacado las castañas del fuego entre todos.
Los pacientes, como su nombre indica, son muy pacientes
¿Y ha nacido un nuevo perfil de paciente?
Los pacientes han sido el número 10, mucho mejor que los profesionales o los gestores, y se han encontrado con que las familias no podían estar con ellos. Las situaciones de crispación, que siempre hay, son excepcionales. Cada día tienes uno o dos casos, pero también nos pasaban antes. Cuando una persona está nerviosa, muy probablemente, su grado de razón tiene. Los pacientes, como su nombre indica, son muy pacientes.