Nuestro sistema inmune no funciona con la misma intensidad durante las 24 horas del día. Así ha quedado de manifiesto en una nueva investigación en el que se sugiere que el reloj de nuestro cuerpo influye en los mecanismos que nos protegen de las enfermedades. Los que se conocen como los ciclos circadianos, que no son otra cosa que el método que utiliza el cuerpo humano para ajustar mecanismos biológicos como el hambre y el sueño, la respiración, los latidos o la temperatura corporal en función de los ritmos naturales como el ciclo día-noche.
Desde el ámbito científico cada vez se tiene más claro que cumplen un papel fundamental en la salud de las personas y una nueva investigación publicada en la revista PNAS lo demuestra. Ha sido llevada a cabo en el Douglas Mental Health University Institute y la Universidad de Montreal, en Canadá, y las conclusiones apuntan a que las células T, que forman parte del sistema inmunitario y que sirven para combatir infecciones y enfermedades como el cáncer, funcionan con diversos grados de eficiencia en diferentes momentos del día.
El estudio
Los ritmos circadianos son comunes en todos los mamíferos y la investigación se llevó a cabo en ratones, con los que los expertos establecieron dos grupos. En el primero, se alteraron los genes específicos que regulan los ritmos circadianos para que no se expresaran y en el segundo se les dejó funcionar de forma normal. A continuación, se les suministró a ambos grupos una vacuna para desencadenar una respuesta inmune. Observaron dos cosas.
En primer lugar, que la fuerza de la respuesta de las células T CD8 varía según la hora del día y, en segundo lugar, que en los ratones con los genes del ritmo circadiano alterado, sus células T tuvieron una respuesta menor a la infección durante el día.
La investigación viene a confirmar algo que ya se sabía, que la hora del día influye en la proliferación de las células inmunes, pero además queda claro cómo afecta la alteración del ritmo circadiano en concreto. Según los expertos, identificar los mecanismos a través de los cuales el reloj biológico modula la respuesta de las células T, ayudará a comprender mejor los procesos que regulan sus respuestas óptimas, lo que mejorará las estrategias de vacunación y las terapias inmunitarias contra el cáncer.
Otros factores que pueden alterar el sistema inmunitario son las anomalías congénitas, las enfermedades autoinmunes, un sistema inmunitario hiperactivo que desencadena respuestas alérgicas de forma continua, el uso continuado de antibióticos, el estrés y los malos hábitos de vida.
El problema es que cuando comienza a funcionar de forma incorrecta, es frecuente la aparición constante de combatir los gérmenes, como las bacterias, de forma adecuada. Y cuando se produce una infección, la recuperación puede retrasarse mucho.
Aunque existen en el mercado muchos productos que dicen activarlo, lo cierto es que es muy difícil promover su actividad. Los médicos aconsejan llevar un estilo de vida saludable, alimentarse de forma equilibrada, hacer ejercicio regularmente evitando los desencadenantes del estrés cuando sea posible, dormir lo suficiente y abstenerse del alcohol y el tabaco como mejor forma de prevención.