En los últimos años, la cirugía bariátrica se ha convertido en un recurso de gran importancia en la lucha contra la obesidad. Consiste en una serie de técnicas, como el balón gástrico, el bypass gástrico o la banda gástrica ajustable, que sustituyen a otros procedimientos quirúrgicos.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Lund y la Universidad de Gotemburgo que lleva como título Patients’ views of long-term results of bariatric surgery for super-obesity: sustained effects, but continuing struggles (Opiniones de los pacientes sobre los resultados a largo plazo de la cirugía bariátrica para la superobesidad: efectos sostenidos, pero luchas continuas), ha recogido las experiencias de pacientes diez años después de someterse a uno de estos procedimientos y los resultados muestran que el efecto sobre la alimentación y la regulación del peso se mantuvo.
En total, se entrevistó a 18 pacientes. Todos aseguraron que sus hábitos alimenticios y apetito seguían afectados después de la operación: sus cuerpos aún no podían asimilar tanta comida como antes de la cirugía, y se mantuvo la reducción de los antojos por alimentos poco saludables.
Sin embargo, aunque la operación había conllevado varios cambios, la mayoría se sentían satisfechos con el cambio. Una de las razones era que esperaban complicaciones más graves de las que realmente sufrían. Aunque es cierto que alrededor del 70 por ciento de las personas que se sometieron a la entrevista experimentaron algún tipo de molestia, como dolor abdominal o una reducción del peso demasiado acusado.
Varios encuestados también confesaron que la actividad física era una causa continua de mala conciencia. Sabían muy bien que debían estar físicamente activos, pero les costaba llevarlo a cabo. “Incluso si el exceso de peso ya no existía o no constituía un obstáculo real, la antigua imagen de sí mismos persistía como un obstáculo para el progreso en el ejercicio”, aseguraron los expertos que participaron en la investigación. Pero la gran mayoría expresaron su buena experiencia con el procedimiento en sí.
Respecto a los profesionales que llevan a cabo este tipo de cirugía, destacaron que el seguimiento de estos pacientes a menudo es insuficiente y debe mejorar. Eso aseguró Kajsa Järvholm, investigadora en psicología de la Universidad de Lund. Los pacientes deben ser llamados a su centro de atención primaria una vez al año, pero rara vez ocurre y al final son los propios pacientes los que se ponen en contacto con el médico.
En resumen, los investigadores piensan que el seguimiento a largo plazo de los pacientes de cirugía bariátrica debe mejorar tanto dentro de la atención médica especializada como de la primaria. “Aquellos que se encuentran con pacientes de cirugía bariátrica en el curso de su trabajo deben ayudar a crear expectativas realistas de lo que la operación puede cambiar y tener en cuenta que muchos pacientes se culpan a sí mismos y, por lo tanto, dudan en plantear problemas a sus médico”, asegura Kajsa Järvholm.