"Si nuestra ciudad tiene que tener la gran cantidad de turismo que tenía antes del coronavirus y este es el modelo que queremos, obviamente, no tenemos espacio para todo el mundo, de eso estoy segura", sentencia Nadia Fava, arquitecta y profesora de la Universidad de Girona, al hablar sobre la posibilidad de mantener el distanciamiento social necesario para prevenir la propagación del coronavirus. "Ahora, la ciudad que tenemos, con los habitantes que tenemos, podría funcionar manteniendo la distancia social. Eso creo que trabajándolo podría funcionarse correctamente".

El debate sobre si las ciudades están construidas para las personas o para los coches no es nuevo. Aun así, se ha puesto otra vez sobre la mesa en plena crisis del coronavirus. Hemos podido ver a muchas personas pasear por unas carreteras sin coches para poder mantener la distancia de seguridad con el resto de peatones que paseaban por las aceras, por ejemplo. Y hemos podido ver, también, como algunas zonas de las ciudades estaban llenas de gente, pero otras estaban desérticas porque no tenían la vida laboral o turística habitual.

Aceras ampliadas en la calle Consell de Cent de Barcelona. Foto: Ayuntamiento de Barcelona

Para aumentar el espacio de los peatones en la calle, se están haciendo proyectos temporales como, por ejemplo, la ampliación de las aceras pintando carriles en la calzada y reduciendo el espacio para los coches. Francesc Robusté, Catedrático de Transporte de la UPC indica que este urbanismo táctico será positivo "necesitamos más espacio, por lo tanto necesitamos aceras más anchas y que los carriles para bicicletas y vehículos de movilidad personal también lo sean". Fava, sin embargo, lamenta que eso se esté haciendo pensante sólo en el coronavirus y no en el cambio climático: "hay que hacer proyectos a largo plazo y que realmente podamos ver los cambios estructurales, no sólo proyectos de emergencia".

"La Covid no se tiene que ver sólo como un problema, que lo es desde el punto de vista sanitario, sino, desde el punto de vista urbanístico, como una oportunidad"

Julián Galindo, director del Departamento de Urbanismo de la UPC, lo amplía: "La Covid no se tiene que ver sólo como un problema, que lo es desde el punto de vista sanitario, sino, desde el punto de vista urbanístico, como una oportunidad para sacar adelante cosas que nos cuestan mucho teniendo como referencia otros problemas como el cambio climático o económico".

Ciudad de Barcelona. Foto: Unsplash

Durante el confinamiento, gran parte de nuestros hábitos han cambiado. En general, hemos vuelto a hacer vida de barrio, a relacionarnos con los vecinos para ayudarnos mutualmente y a comprar en los comercios de proximidad. En este sentido, Galindo pide que estos nuevos hábitos se aprovechen más allá de la propia problemática sanitaria.

"No tendremos capacidad de reaccionar. Lo haremos siempre a posteriori y nunca con previsión porque no lo hemos visto como un problema sanitario"

También, como Fava, destaca la importancia de pensar en la crisis climática que se acerca: "es sorprendente como los gobiernos han hecho operaciones por el coronavirus que respecto del cambio climático no han hecho en muchos años". Alerta de que vemos el cambio climático mucho lejano y menos peligroso que el coronavirus pero advierte que también se trata de un tema sanitario: "los cambios sobre el medio son cada vez más acelerados y no tendremos capacidad de reaccionar. Lo haremos siempre a posteriori y nunca con previsión porque no lo hemos visto como un problema sanitario".

Ámsterdam. Foto: Unsplash

Las ciudades de los 15 minutos

Uno de los términos que se han popularizado estos días es el de la ciudad de los 15 minutos. Consiste en un proyecto de ciudad con distancias cortas donde, en 15 minutos de movilidad activa (a pie o en bicicleta) puedas tener todo lo que te hace falta para vivir, reaprovechando así el espacio de tu zona y reduciendo la movilidad dentro de la ciudad. Este es el nombre del proyecto planificado para para París pero otras ciudades como Melburne o Barcelona tienen proyectos similares que mantienen la misma esencia: la descentralización y la proximidad. "Hay que apostar por la multipolaridad con centralidades mejor conectadas entre sí. Transformar los espacios periféricos en nuevas centralidades para dejar de tener un núcleo urbano y una periferia y pasar a tener una metrópoli en red", afirma Galindo.

"Hay que apostar por la multipolaridad con centralidades mejor conectadas entre sí"

Vista de París. Foto: Unsplash

La importancia del trabajo

El trabajo es uno de los motivos principales de la movilidad de las ciudad. Vicente Guallart, arquitecto y fundador de l'Institute for Advanced Architecture of Catalonia (IAAC), remarca que las ciudades no pueden vivir sin trabajar, aunque el trabajo puede adoptar muchas formas diferentes. Explica que hemos visto que el teletrabajo ha empezado a funcionar pero que también hemos comprobado la importancia que el trabajo presencial ha tenido durante la crisis sanitaria.

Ciudad de Madrid. Foto: Unsplash

Guallart indica que nos encontramos en las puertas de una tercera revolución industrial que llevará "industrias mucho más pequeñas, ecológicas, que producirán, en muchas ocasiones, bajo demanda, e industrias personalizadas". Este tipo de industrias podrían volver a la ciudad, en formato de talleres y cooperativas, como los que, en su momento, había en el Eixample de Barcelona. Añade que hay que llevar la industria ligera cerca de donde viven las personas que trabajan: "es un error es hacer polígonos de viviendas en una punta de la ciudad y que la gente tenga que ir a la Zona Franca y a las grandes plantas de producciones industriales a trabajar, que, por cierto, en momentos de crisis se demuestran que son más vulnerables".

"Es un error es hacer polígonos de viviendas en una punta de la ciudad y que la gente tenga que ir a la Zona Franca y a las grandes plantas de producciones industriales a trabajar"

Este cambio sólo es posible si se implican diferentes sectores. En este sentido, Fava se muestra negativa: "me gustaría que hubiera un cambio, pero es romper un ciclo político, económico y social y no sé si dos meses de virus permitirán un cambio radical de la ciudad". Aun así, sí que considera que tanto la población como la clase política ahora están más concienciadas y que eso es un paso más hacia una ciudad sostenible económica y medioambientalmente.

El estilo de vida

El cambio de las ciudades, sea hacia la dirección que sea, influirá directamente en cómo viven los ciudadanos. Aun así, los expertos coinciden en el hecho de que el estilo de vida de las personas es decisivo para la estructura y construcción de las ciudades. Julián Galindo lo compara con un organismo: "hay una relación de simbiosis con las personas, una relación que a veces es más favorable y a veces no". Guallart apunta que la cultura de las personas que viven en las ciudades influye claramente en cómo se construyen: "en Los Ángeles viven en casas aisladas, aquí en ciudades compactas y en la China en ciudades más densas. Cada ciudad refleja su cultura".

Los Ángeles. Foto: Unsplash

"La ciudad la tenemos que construir siempre sobre la idea de cómo queremos vivir"

Fava, por su parte expone, sin embargo, la importancia de decidir cómo queremos vivir: "si no hay espacios donde poder caminar o si las distancias son muy largas para abastecerse, utilizaremos la ciudad de maneras diferentes. Aun así, la ciudad la tenemos que construir siempre sobre la idea de cómo queremos vivir". Así pues, todo apunta que el camino a seguir son las ciudades sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y que los ciudadanos serán claves en este cambio.