El TEA (Trastorno del Espectro Autista) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta de diferentes maneras al funcionamiento cerebral. Esta disfuncionalidad se refleja en dificultades en las áreas de la comunicación, la interacción social, la flexibilidad y la conducta. Estas dificultades no sólo afectan a estas áreas, sino también a todas aquellas personas que de alguna manera interaccionan con la persona con TEA.

Lo más importante de todo es aceptar a la persona con TEA y no querer cambiarla.

Es importante que tanto los padres como los docentes, como cualquier persona en general, esté asesorada por profesionales de lo que implica tener el Trastorno en el día a día. La terapia más importante para todos estos pacientes son las actividades cotidianas basadas en la comprensión de su personalidad y en el respeto y aceptación de sus intereses. Teniendo en cuenta estos intereses es posible ampliar sus actividades diarias y por lo tanto ampliar la adquisición de nuevos conocimientos.

Algunos consejos para fomentar las relaciones sociales

Estas son algunas de las prácticas que podemos aplicar para fomentar las relaciones sociales de los niños y niñas con TEA: 

  1. Facilitar y aumentar las interacciones y el juego espontáneo con algún familiar o compañero. 
  2. Anticipar tanto al entorno como al propio niño/a con TEA de las normas, conductas o consecuencias de cada ámbito. 
  3. Propiciar el contacto visual. 
  4. Explicar y enseñar mediante el modelado el significado del lenguaje no verbal o gestual, así como el de las emociones. 
  5. Aumentar la atención recíproca.

Por lo que se refiere a la gestión de los intereses restringidos, se puede ir comentando o realizar una descripción de aquello que está haciendo.

Una de estas comidas navideñas. Foto: Pexels.
Una de estas comidas navideñas. Foto: Pexels.

Trucos para los días de Navidad

Ahora que se acercan días festivos con celebraciones familiares y diversidad de gente en una misma comida o cena, Mireia Soriano, psicóloga especializada en TEA de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitari General de Catalunya explica diferentes estrategias para disminuir el estrés que pueden suponer estos días para una niña o un niño con TEA, siempre según las necesidades de comunicación de cada niño:

  1. Anticipación: hay que anticipar al niño o la niña donde irá, quién habrá, qué se espera de él en cada contexto. Todo con un apoyo visual como pictogramas o imágenes del lugar.
  2. No insistir ante el contacto físico: no insistir ante personas desconocidas, para que hable, dé un beso, o adopte ciertas conductas sociales que no entiende o no forman parte de su repertorio de conductas habituales.
  3. Rutina: mantener una rutina de horarios lo más parecido posible a la que tiene durante el curso escolar. Esta rutina puede ser también visual y creada conjuntamente.

Otra cosa que hay que tener en cuenta en esta fechas es el mayor riesgo de que las personas con TEA sufran meltdown y shutdown. La doctora Soriano explica que el meltdown es la reacción a la sobreestimulación sensorial (olores, ruidos, luces, socializar, etc.) que causa una pérdida de control (rabieta, crisis, agresividad, etc.). En estos casos es importante mantener la calma o buscar entornos donde no haya sobreestimulación sensorial. El contacto físico puede tener un efecto negativo en estos casos.

La doctora Mireia Soriano, psicóloga experta en TEA. Foto: QuirónSalud
La doctora Mireia Soriano, psicóloga experta en TEA. Foto: QuirónSalud

Por contra, el shutdown es la interiorización de sentimientos de rabia, frustración o saturación que causan una crisis, pero a diferencia del meltdown ésta es una crisis interna. Las personas con TEA pueden parecer ausentes o bloqueadas. En estos casos es importante que se le hable de forma tranquila, con un tono flojo y en algunos casos sí se le puede ofrecer la posibilidad de ser abrazados, pero, lo más importante es que se les pregunte antes de hacerlo.

La experta afirma que: “lo más importante de todo es aceptar a la persona con TEA y no querer cambiarla. El objetivo es conseguir una buena adaptación del entorno a la persona con TEA y no a la inversa. Esta adaptación puede ser a la vez enriquecedora para los que le rodean.”