La codorniz puede ser reservorio de los virus Toscana y siciliano, según han advertido este miércoles científicos de la Universitat de Barcelona en un estudio publicado en la revista Frontiers in Microbiology. Es la primera vez que se encuentran anticuerpos neutralizadores de los dos virus en pájaros salvajes, tal como detalla el codirector de la investigación Jordi Serra-Cobo: "Hasta ahora no se conocía cuál era el reservorio de estos dos virus, aunque se buscaba desde hace años. Se habían propuesto los perros y los murciélagos como reservorio, pero los resultados demostraron que no lo eran". Sin embargo, ¿qué son y cuáles son los síntomas?
¿Qué son los virus Toscana y siciliano?
El virus Toscana (TOSV) y el virus siciliano de la fiebre por flebótomo (SFSV) son unos patógenos transmitidos por mosquitos que pueden infectar animales domésticos y causar enfermedades en humanos. Pertenecen al género "Pheblovirus" y se consideran patógenos emergentes. Son esféricos y tienen una cadena sencilla de ARN, con una alta tasa de mutaciones. Los mosquitos que los transmiten son del género "Phlebotomus", conocidos para ser los responsables de la transmisión de la leishmaniasis en Europa y que ahora se encuentran sobre todo en las zonas más cálidas y secos de la península Ibérica. Por su parte, los virus están presentes en la mayoría de países mediterráneos de la Europa occidental — así como a Chipre y Turquía.
¿Cuáles son los síntomas de los virus?
En el caso de los humanos, este tipo de virus no suelen presentar síntomas — pero sí que a menudo originan un cuadro febril de tres días o fiebre pappataci, muy similar a una gripe. "El SFSV puede ocasionar un periodo con mucha fiebre, pero de corta duración y acompañado de dolor de cabeza, erupción cutánea, fotofobia, dolor retroorbitario, mialgia y malestar general", destaca Serra-Cobo, que añade: "El TOSV puede causar las mismas manifestaciones que el SFSV, pero también puede ser responsable de varios signos neurológicos centrales o bien periféricos, como por ejemplo meningitis y encefalitis. De hecho, parte de las encefalitis producidas en verano son ocasionadas por el TOSV". Todavía no existe ninguna vacuna eficaz, de manera que las medidas de vigilancia epidemiológica, control y prevención para evitar las picaduras de los mosquitos son decisivas para no contraer las infecciones víricas que provocan.
Los virus, la codorniz y las aves migratorias
Ahora, los resultados del nuevo estudio señalan que los pájaros podrían ser el reservorio o agente amplificador de estos virus. A partir de las aves infectadas, los mosquitos se pueden infectar y después picar animales o personas. En concreto, se apunta hacia las codornices ("Coturnix coturnix") — que son aves migratorias. El investigador subraya que "las aves migratorias tienen un papel importante en la transmisión de enfermedades por su gran movilidad de una zona a otra, hecho que las convierte en potenciales vectores de enfermedades que pueden afectar a los animales domésticos y la salud humana". "La codorniz común es una especie migratoria y también cinegética, lo cual potencia la posible transmisión de enfermedades por contacto directo a través de la cadena alimenticia. En este contexto, la detección periódica de patógenos es de gran importancia para predecir futuros riesgos de enfermedades tanto para la vida salvaje como para los humanos", concluye Serra-Cobo.