Que comer poco alarga la vida es algo que los científicos saben ya desde hace décadas. Pero en los últimos años se han realizado grandes avances para descubrir cuáles son los mecanismos que explican este hecho. La revista Cell Metabolism ha publicado un nuevo estudio en el que se investiga sobre esta cuestión en relación con otro asunto: la inflamación crónica, que aumenta a medida que las personas envejecen.
Los expertos que han realizado este trabajo en la Escuela de Medicina de Harvard han descubierto un nuevo mecanismo que vincula la restricción calórica con la regulación del sistema inmunológico. Según destacan, ingerir menos calorías reduce los niveles del sistema inmunitario innato al disminuir la actividad de una proteína reguladora llamada p38, lo que desencadena un efecto de reacción en cadena que termina en una respuesta inmune reducida.
El sistema inmunitario innato comprende los mecanismos que nos defienden de la infección de otros organismos, como los virus y las bacterias. Cuando se pone en marcha, activa una respuesta inmune aguda. Pero si es demasiado hiperactivo –un hecho que ocurre con mayor frecuencia a medida que envejecemos– se traduce en una inflamación crónica que, aunque de carácter leve, tiene perjuicios para nuestra salud.
Para llevar a cabo el estudio se ha seguido la respuesta del gusano nematodo C. Elegans cuyos genes y mecanismos reguladores de la inmunidad son, en versiones más simples, parecidos a los de los seres humanos. Un aspecto que lo convierte en un buen modelo para estudiar el envejecimiento, la genética y las enfermedades. Los investigadores de Harvard analizaron los niveles de proteínas y el comportamiento de los genes durante los períodos de restricción calórica y comprobaron que, cuando la p38 estaba totalmente inactiva, fue cuando se redujo la restricción calórica. A los científicos les sorprendió que la regulación inmunológica fuera activada por los nutrientes, en lugar de las bacterias, lo que se suma a una creciente evidencia científica que relaciona el metabolismo con el sistema inmunológico.
En la investigación también comprobaron la relación entre diferentes proteínas y la supresión del apetito en las personas, comprobando la activación y desactivación de sus funciones en períodos de restricción calorica. Todas estas investigaciones están encaminadas al futuro desarrollo de nuevos fármacos cuyos objetivos vayan desde la optimización del sistema inmunológico hasta el control del apetito.
Según los expertos que han trabajado en el estudio, no solo se trata de que las personas vivan hasta los 120 o 130 años, sino que aumente el período de vida saludable. En todo caso, lo que se pone de manifiesto es la estrecha relación entre longevidad, metabolismo y sistema inmunitario, un hecho que está abriendo toda una vía de nuevas investigaciones en la comunidad científica internacional.