La exfoliación es un proceso natural de la piel que consiste en la eliminación de las células muertas de la epidermis. Pero de forma externa podemos contribuir a acelerarla para que tenga un mejor aspecto. Los hábitos que solemos tener diariamente, como la limpieza para eliminar el maquillaje, la grasa y la suciedad superficial que se acumula en el transcurso del día o los tónicos y las hidratantes son beneficiosas, pero no ejercen un acción tan consistente como lo hace un exfoliante.
Existen dos tipos, los exfoliantes físicos y exfoliantes químicos. Los primeros funcionan eliminando físicamente las células con agentes limpiadores visibles. Pueden contener partículas muy finas que, cuando se frotan sobre la piel, ayudan a eliminar las células muertas por un efecto de arrastre. Se puede exfoliar usando un cepillo de limpieza, un guante, un dispositivo de microdermoabrasión en casa o solo las yemas de los dedos, dice. Aumenta la circulación sanguínea y le da a tu piel un aspecto más luminoso y brillante.
Los exfoliantes químicos, por otro lado, funcionan disolviendo las células muertas de la piel con ácido. Hay dos ácidos principales para buscar en la categoría de exfoliantes químicos: alfa hidroxiácidos (AHA) y beta hidroxiácidos (BHA). Los AHA, como el ácido glicólico, el más común, funcionan al interrumpir el vínculo entre las células muertas de la piel para que sean fáciles de eliminar. Los AHA son solubles en agua, lo que significa que pueden atravesar los folículos grasos para penetrar profundamente en la piel. Los BHA son solubles en grasa, por eso son una buena opción para pieles grasas y personas con piel propensa al acné. En este caso, el más popular es el ácido salicílico.
También existen productos que combinan ambos ácidos, cuyos objetivos son el blanqueamiento de la piel y eliminación de las manchas, reducir la apariencia de los poros, suavizar las líneas finas y las arrugas e incluso mejorar los brotes de acné.
Es importante saber que en el caso de los físicos no se deben utilizar a diario. Hay que humedecer el rostro y luego aplicar una cantidad del tamaño de una moneda. Masajear la piel con movimientos circulares y luego enjuagar con agua. Algunos productos aconsejan dejar actuar durante 30 segundos o un minuto antes de limpiar la piel. Los exfoliantes químicos, generalmente son tratamientos que se aplican sin necesidad de aclarar, a menos que sean un peeling o una mascarilla. En algunos casos, deben ser aplicados por profesionales.
En cualquier caso, después de su uso es bueno aplicarse una crema hidratante y otros productos para el cuidado de la piel encima para aprovechar el beneficio de una mayor penetración al haberse eliminado las células muertas. Pero también hay que tener claro que hay que proteger la piel, sobre todo del sol, porque se vuelve más sensible, fundamentalmente en el caso de los peelings químicos.
Asimismo, es aconsejable consultar con un dermatólogo porque, aunque la exfoliación generalmente se tolera bien, no siempre es adecuada para las personas con patologías como el acné inflamatorio o la rosácea, porque pueden empeorar estas condiciones.