El Centro chino para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC) ha confirmado la detección y el aislamiento de nuevos coronavirus vivos en el embalaje exterior de un bacalao congelado importado en la ciudad costera oriental de Qingdao. El hallazgo se hizo durante una investigación para rastrear el origen de las infecciones recientes reportadas en la ciudad. El pasado 15 de septiembre se había probado un total de 2,98 millones de muestras en las 24 regiones de nivel provincial del país, incluidas 670.000 tomas de alimentos de la cadena de frío o envases de alimentos. Sólo 22 muestras de alimentos de la cadena de frío o envases de alimentos dieron positivo al virus.
Con esta constatación, se ha demostrado que el contacto con envases contaminados por coronavirus nuevos y vivos podría provocar contagios. Es la primera vez en el mundo que el coronavirus se aísla en los envases exteriores de los alimentos de la cadena de frío.
Así pues, el riesgo es muy bajo y se han citado los resultados recientes de las pruebas de ácido nucleico para muestras extraídas del sector. Ahora bien, el pescado congelado puede ser un vector de la cadena de frío que conserve la Covid-19. Por lo tanto, el coronavirus usa los productos refrigerados como portadores, lo que posibilitaría su propagación transfronteriza a larga distancia. Los virus supervivientes en la superficie de los productos podrían infectar a quien entre en contacto.
¿Peces o murciélagos?
Las conclusiones de este descubrimiento son diversas. Ahora, también se cuestiona si la secuencia genética de virus detectado en los embalajes de bacalao podría poner sobre la mesa la posibilidad de que el coronavirus se contagiara a través de los peces o el marisco, y no de murciélagos o pangolines. Las autoridades sanitarias chinas concluyeron la semana pasada que el origen del rebrote detectado el pasado 11 de octubre en la ciudad de Qingdao, en el este de país, se debió precisamente al hecho de que dos estibadores del puerto contrajeron el virus al entrar en contacto con productos que contenían restos de Covid-19.
Dos trabajadores del muelle de Qingdao que fueron diagnosticados inicialmente como infecciones asintomáticas en septiembre llevaron el virus a un hospital donde pasaron la cuarentena. A causa de la desinfección y la protección insuficientes, se detectaron 12 contagios relacionados dentro del centro.
Antes de las últimas investigaciones, se habían encontrado rastros genéticos del virus en algunas muestras extraídas de alimentos congelados o envases de alimentos, pero la cantidad de virus era baja y no se aislaba ningún virus vivo, según la agencia china CDC.