Cuando nos prescriben hacer ejercicio físico para mejorar nuestra salud, siempre nos viene a la cabeza lo mismo: correr, andar, montar en bici, nadar, ir a un gimnasio… Pocos tienen en mente practicar diariamente los ejercicios de Kegel que, sin embargo, constituyen una práctica muy beneficiosa para nuestro organismo, especialmente para la vida sexual. La Universidad de Harvard los ha incluido entre los cinco mejores ejercicios para llevar a cabo por cualquier persona a lo largo de su vida.
Cómo hacerlos
Su objetivo es fortalecer los músculos del suelo pélvico. Fueron desarrollados a finales de los años 40 por el Dr. Arnold H. Kegel, un ginecólogo estadounidense, que los recomendaba a las mujeres para evitar la incontinencia urinaria y así evitar las operaciones quirúrgicas.
Durante muchos años han sido sobre todo prescritos para las mujeres, especialmente las que acababan de dar a luz, pero lo cierto es que son beneficiosos para los dos sexos y a cualquier edad. Se trata de ejercicios simples. Lo que más cuesta al principio es encontrar los músculos, hasta el punto que se calcula que alrededor de un tercio o más de las mujeres y los hombres que los practican, en realidad están trabajando sus músculos abdominales, glúteos o muslos internos.
Para localizar los músculos del suelo pélvico de forma correcta, hay que detener el flujo de la orina mientras se está miccionando. El músculo que se utiliza para realizar esa acción, que se sitúa más en la parte posterior de la zona pélvica que en la anterior, es el que hay que trabajar.
Una vez localizados se pueden practicar de diversas formas. Una de las más cómodas es recostado sobre la espalda hasta tener la sensación de que se ha contraído el suelo pélvico. Pero también se pueden hacer de pie o sentado.
Cuando se tenga la posición, hay que contraer el músculo que hemos localizado al miccionar de 3 a 5 segundos. Después, se debe relajar también de otros 3 a 5 segundos. A continuación, se repite este ciclo alrededor de diez veces. Al principio, se suele cometer algún error: no hay que contraer los músculos abdominales, ni los de las piernas o los glúteos, ni tampoco levantar la pelvis.
Para comprobar que lo estás haciendo bien, puedes colocar una mano suavemente sobre el vientre para detectar cualquier movimiento no deseado de tus músculos. A medida que vayas cogiendo más práctica, puedes aumentar el tiempo de contracción y relajación. Lo más adecuado es realizar alrededor de 30 a 40 veces los ejercicios de Kegel a diario, repartidos a lo largo de la jornada.
De todas formas, te dejamos a continuación un vídeo en el que explican los errores a evitar cuando se recurre a los ejercicios de Kegel.
Muchos beneficios
La ciencia ha demostrado que, además de prevenir la incontinencia urinaria, los problemas de próstata y los prolapsos (debilitamiento de los ligamentos y músculos del suelo pélvico) son muy beneficiosos para mejorar la vida sexual, pues previenen la eyaculación precoz y la disfunción eréctil y aumenta la calidad de las erecciones y los orgasmos.