Esta madrugada del sábado 24 al domingo 25 de octubre, a las 3 de la madrugada serán las 2. Por segunda vez en el año, realizaremos un cambio horario que es una tradición que tiene lugar en muchos países del mundo con el objetivo de reducir al máximo posible el consumo energético.
Los expertos dicen que la disminución resultante del consumo es del 5%, una cifra no demasiado relevante, en principio. Esto ha provocado que muchos expertos hayan calificado a esta medida como inútil. De hecho, este podría ser el último año que se llevara a cabo, porque la Unión Europea parece dispuesta a suprimirlo a partir de 2021, aunque lo cierto es que todavía existe mucha discrepancia al respecto entre los países que la componen.
El caso es que el cambio horario, que tiene un objetivo económico, produce una serie de alteraciones en nuestro organismo. Es importante tener en cuenta que el ciclo diario de vigilia-sueño permite organizar nuestra conducta en el tiempo y sincronizar internamente la regulación de muchos procesos biológicos, como la temperatura corporal y la secreción de hormonas como el cortisol o la del crecimiento.
Hay una relación estrecha entre el correcto funcionamiento del sistema circadiano y el estado de salud de los individuos. Y las alteraciones en los horarios pueden provocar cambios en nuestro organismo, algunos imperceptibles para algunas personas, pero no para otras. Los más frecuentes son cambios en el estado de ánimo, migrañas, alteraciones menstruales o cambios en el apetito.
En cualquier caso, el mejor consejo para evitar estos síntomas es mantener una buena rutina del sueño e intentar dormir las horas necesarias y de la mejor forma posible. Estas son algunas pautas recomendadas para seguir.
>Procurar irse pronto a la cama para estar descansado al día siguiente. Es importante dormir lo que se necesite, para estar en el mejor estado ante cualquier síntoma que pueda aparecer.
>Son muy importantes la temperatura y la humedad de la habitación. La ideal es la comprendida entre los 17 y los 20 grados. Un ambiente muy frío o demasiado caliente puede alterar el descanso porque mientras dormimos y el organismo pierde la capacidad de regularla a través del sudor. Se estima que la humedad relativa del aire ideal debe estar comprendida entre el 50% y 70%. En general, intenta evitar el ambiente seco, que reseca la boca y hace difícil la respiración.
>Cuidado con los ruidos fuertes y ocasionales, porque pueden alterar el sueño. No todos reaccionamos igual, de hecho hay quien se despierta por el vuelo de una mosca en la habitación y otros pueden aguantar sonidos más fuertes. Aún así, es más aconsejable el silencio por eso es bueno aislar de alguna forma la habitación para evitar molestias.
>Otro punto importante es la comodidad. La cama ha de ser silenciosa y rígida y el colchón debe absorber la transpiración, evitar la dispersión de calor y sostener el cuerpo de forma correcta. La almohada no se debe ser demasiado baja para evitar que la nuca vaya hacia atrás y las vértebras cervicales se opriman excesivamente ni demasiado gruesa, porque inclina la cabeza hacia delante y obliga a las vértebras a estirarse demasiado.
>Es muy recomendable realizar acciones de relajación antes de ir a la cama, bien sea un baño caliente, una infusión o un rato de lectura a media luz para ir tranquilos a dormir.