La contaminación del aire, el tabaco, una infección… son muchas las causas que pueden alterar el estado de los pulmones y aumentar las posibilidades de desarrollar una enfermedad más grave.
Las técnicas de limpieza pulmonar y los cambios en el estilo de vida son muy importantes para mantener los pulmones limpios y, además, ayudan a abrir las vías respiratorias, mejoran la capacidad pulmonar y reducen la inflamación, rebajando los efectos negativos que las sustancias nocivas y las toxinas pueden causar.
Los siguientes son algunos de los mejores consejos para mantener los pulmones a punto.
Inhalaciones de vapor
Esta técnica ayuda a abrir las vías respiratorias y a drenar la mucosidad de los pulmones. El vapor agrega calor y humedad al aire, lo que puede mejorar la respiración y ayudar a reducir la mucosidad. Se pueden utilizar también aceites esenciales para que tengan más efectividad, como el aceite de eucalipto.
Tos controlada
La tos es la forma en que el cuerpo expulsa naturalmente las toxinas que ha atrapado en la mucosidad. Los médicos recomiendan que las personas con EPOC realicen este ejercicio para ayudar a limpiar sus pulmones. Se lleva a cabo sentado en una silla, con los hombros relajados, con los pies en el suelo y doblando los brazos sobre el estómago. Se inhala lentamente por la nariz y se exhala lentamente mientras se inclina hacia adelante, empujando los brazos contra el estómago. Se tose 2 o 3 veces al exhalar, manteniendo la boca ligeramente abierta. Después, se inhala lentamente por la nariz.
Drenaje postural
Consiste en acostarse en diferentes posiciones con el objetivo de usar la gravedad para eliminar la mucosidad de los pulmones. Esta técnica puede mejorar la respiración y ayudar a tratar o prevenir infecciones pulmonares.
Una de las más efectivas se realiza acostándose sobre una cama con la almohada debajo de las caderas. Después, se inhala lentamente por la nariz y se exhala por la boca. Cada exhalación debe durar el doble de tiempo que la inhalación. También se puede hacer acostándose de lado, descansando la cabeza sobre un brazo o la propia almohada. Se coloca otra almohada debajo de las caderas y se repite el patrón de respiración anterior, repitiendo después hacia el otro lado.
Practicar ejercicio
El ejercicio físico practicado de forma regular obliga a los músculos a trabajar más, lo que aumenta la frecuencia respiratoria del cuerpo y oxigena todos los órganos del cuerpo, incluyendo los pulmones. También mejora la circulación, lo que provoca que el cuerpo sea más eficiente para eliminar el exceso de dióxido de carbono que el cuerpo produce cuando se hace ejercicio.
Cambiar la alimentación
Existen determinados alimentos que pueden ayudar a mantener los pulmones en mejor estado. Por ejemplo, el té verde contiene muchos antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación en los pulmones. Estos compuestos pueden incluso proteger el tejido pulmonar de los efectos nocivos de la inhalación de humo. Otros alimentos antiinflamatorios como los arándanos, las cerezas, las nueces, las lentejas, las aceitunas, los pescados grasos ricos en omega 3, ayudan a combatir la inflamación de las vías respiratorias.
Percusión en el pecho
Esta técnica debe ser desarrollada por un profesional y consiste en golpear rítmicamente la pared torácica para expulsar el moco atrapado en los pulmones. Ayuda a limpiar las vías respiratorias del exceso de moco y con ello, las toxinas que quedan atrapadas dentro del mismo.