En el 2019 ha sido el año de la conciencia climática, el reciclaje ha calado hondo, y cada vez son más los que apuestan por el cambio. Así pues, este año pasará a la historia como uno en los que más se ha extendido la conciencia global sobre la importancia de implantar un sistema de vida y de producción más sostenible para el planeta. Cada vez hay más conciencia y son más las personas que quieren hacer pequeñas y grandes acciones para intentar combatir el cambio climático. El impacto de la cumbre del clima celebrada en Madrid y le repercusión pública de la llegada y los mensajes de la joven activista medioambiental Greta Thunberg así lo demuestran. ¿Pero cuál es la dieta más saludable, sostenible y menos agresiva para el medio ambiente?
¿Cuánto cuesta producir los alimentos?
La producción de alimentos representa el 20-30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y hasta el 66% del uso del agua, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque una dieta variada es crucial para la salud humana, una dieta verdaderamente sostenible tiene en cuenta el impacto que tendrá en el medio ambiente, el individuo y la cadena alimenticia en general. Los factores que determinan cuánto de sostenible es una dieta determinada incluyen la disponibilidad nutricional, el impacto en la biodiversidad, la protección del ecosistema y la salud de los consumidores.
Las dietas más sostenibles
Las dietas más sostenibles son, en primer lugar, las vegetarianas o veganos. Según la Comisión EAT-Lancet, el cambio de productos de origen animal por productos de origen vegetal tiene beneficios para el medio ambiente y la salud. Subrayan que, en general, los estudios coinciden en que los alimentos de origen vegetal causan menos efectos ambientales adversos por unidad de peso, por porción, por unidad de energía o por peso de proteína, que los alimentos de origen animal a través de varios indicadores ambientales. Los productos animales tienen impactos significativos, ya que el ganado en general representa el 14,5% de todas las emisiones inducidas por el hombre.
En segundo lugar, las dietas locales, o el consumo de productos de kilómetro cero, hace referencia a la alimentación de productos del área en la cual vive una persona. Sin embargo, dependiendo de dónde viva una persona, estas dietas pueden requerir una planificación significativa para su implementación. Es posible que las personas en las regiones del norte, donde se dan menos frutas y verduras, necesiten tomar medidas adicionales para asegurarse que obtengan bastantes nutrientes. Este tipo de dieta enfatiza comer estacionalmente, y muchas personas también pueden optar por comprar en granjas locales orgánicas.
¿Cuánta agua se necesita para hacer una hamburguesa?
Se calcula que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada con lo que se come, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y recoge elplural.com. No es una información nueva el hecho de que para producir alimentos se necesitan cantidades importantes de agua. Así, sin lugar a duda, la carne es de largo el producto que más litros necesita para su elaboración. Por ejemplo, se necesitan 15.400 litros de agua para producir 1 kilo de ternera; 8.700 litros para 1 kg. de cordero; cerca de 6.000 litros para 1 kg. de cerdo y 4.300 litros para 1 kg. de pollo.
Según detalla el mismo digital, la Fundación Aquae ha analizado cuánta agua se requiere para producir los alimentos que cada día consumamos en nuestras casas. Otros alimentos, que en principio podríamos pensar que no requieren tanta agua, pueden sorprender. Por ejemplo, medio kilo de mantequilla necesita unos 2.700 litros de agua para su elaboración; medio kilo de queso, 2.500 litros; para una hamburguesa, unos 2.400 litros; y por una bolsa de patatas fritas, 185 litros.
En el apartado de legumbres y cereales, el arroz se sitúa al frente de los alimentos que más agua consumen: 1.700 litros para medio kilo de arroz. Para producir medio kilo de trigo se requieren 500 litros de agua; para medio kilo de maíz, 450 litros; y para medio kilo de lentejas, 25 litros. Una simple ración de olivas necesita 250 litros de agua para su producción. Para una sola manzana se requieren 70 litros de agua; para una naranja, 50 litros; para una patata, 25 litros; o para producir una lechuga o un tomate, 13 litros de agua.
Las bebidas tampoco se escapan. La leche es la que más agua necesita para al suya producción, 1.000 litros para generar un litro de leche. Se necesitan 840 litros para producir una jarra de café, 720 litros para una botella de vino, 190 litros por un vaso de zumo de manzana, 106 litros para producir una sola caña de cerveza y 35 para una taza de té.