La historia demuestra que somos expertos en inventarnos palabras en función del momento vital e histórico que estamos viviendo. Hace unos meses no sabíamos ni cuántos tipos de mascarillas había ni qué era el coronavirus. Ahora, la pandemia ha incorporado y mezclado, a su paso, algunos términos a otros conceptos que ya conocíamos, como por ejemplo, "fiesta virtual" o bien "hora feliz virtual", un término que viene del inglés happy hour.
Poco a poco, van saliendo más. Coronacrisi, por los efectos económicos que estamos viendo que dejará la pandemia o coronaidiota para múltiples casos, desde los que se saltan el confinamiento, hasta, simplemente, crear un nuevo insulto. Confinamiento y los suyos variables, desconfinamiento, desescalada, sin embargo, ¿qué hace que nos inventemos palabras en una situación de crisis, ansiedad, malestar o aislamiento?
"Inventarnos palabras forma parte del ingenio y la agudeza", explica el psicólogo y profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC José Ramón Ubieto. "El humor, en este caso inventar palabras y poner nombre a situaciones dolorosas, nos salva de los momentos de máximo dolor".
El profesor remarca que el nivel de incertidumbre es muy alto e insiste en que esta actitud es una forma clásica de inventar relativizar o cambiar la situación. "Sustituimos el dolor por el humor".
El hecho de inventarnos palabras, señala Ubieto, nos ayuda a "salir de la impotencia" y a intentar "dominar las palabras" que son tan nuevas. Ellas y sus efectos.
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