Las necesidades de las personas mayores en Catalunya en relación a los cuidados y el acompañamiento son muy diferentes de las de hace unos años. Pero la oferta de servicios és la misma que hace una década y no se han adaptado al contexto actual.
Profesionales sanitarios, sociólogos y expertos de bienestar social coinciden en que vivimos en un modelo sociosanitario sostenible que permite ir trampeando el día a día pero que pronto será obsoleto. Para que sea ambicioso hace falta más coordinación entre las instituciones, más inversión pública y que las familias reconozcan los derechos y la autonomía de los abuelos.
La soledad no deseada
Los cambios de estereotipos en los roles familiares conducen muchas veces a la soledad no querida. Esta es una de las principales causas de enfermedades, ansiedad y depresión en las personas mayores. Por eso se asocia técnicamente a una forma de maltrato. Cada año, la Federació d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (FATEC) registra un millar de denuncias de personas que sufren algún tipo de maltrato, y calculan que el 90% de las víctimas no denuncian las agresiones.
Cada año hay un millar de denuncias de maltracte a personas mayores. Sólo representan el 10% de los casos reales
L’organització Amics de la Gent Gran fundó el año 2017 el Observatori de la Soledat para combatirlo. Les consta que 175.000 personas mayores que viven en Catalunya sufren diferentes grados de soledad no deseada. Eso puede potenciar un proceso de exclusión social y afectar a otros ámbitos vitales, como el económico o la participación cívica.
Desde el Observatorio avisan de que puede haber casos en los centros residenciales y que es posible reducir el sentimiento de soledad si invertimos en mejorar las condiciones de vida de las personas mayores. Otros factores que inciden en la exclusión a tener en cuenta son el turismo, ya que incide en la exclusión de los que viven en barrios o municipios turísticos, la pérdida de red vecinal o el comercio de proximidad.
Las personas mayores deben opinar sobre todo
Desde la Federació d'Entitats d'Assistència a la Tercera Edat trabajan para garantizar que todas las personas mayores que tienen que depender de otros tengan las herramientas para disfrutar de una vejez digna. Eso pasa para que los abuelos tengan un papel protagonista en la sociedad colectiva y en la participación asociativa catalana.
Para conseguir este papel activo, la FEATE pone más peso en la aportación de las personas mayores a la sociedad que en la reivindicación. "Si no queremos ser un colectivo cerrado en nosotros mismos, también tenemos que saber transmitir la opinión de las personas mayores sobre otros temas de interés general, como el medio ambiente, la globalización, la inmigración, la lucha entre diferentes modelos sociales, religiosos y culturales, la violencia, y así hacemos valer nuestra condición de colectivo totalmente integrado en la sociedad", apuntan.
Más regulación en la atención a domicilio
La Taula del Tercer Sector, que agrupa más de 34 federaciones que representan y aglutinan en conjunto además de 3.000 entidades sociales, también trabaja activamente en el sector de las personas mayores. En un estudio de propuestas que han elaborado (La Atención Centrada en la Persona en el apoyo al proceso de envejecimiento) apuntan que una mejora de la atención a domicilio aumentaría la calidad de vida de muchas personas mayores, reduciría las tasas de hospitalización y también retrasaría el ingreso en residencias. Pero esta opción también choca con problemas: "Que no haya ayudas públicas para la contratación de trabajadores domésticos ha dado lugar a un incremento de la economía sumergida en este ámbito", denuncian.
Muchas familias optan por pagar en negro una persona para que cuide al abuelo o la abuela
Por eso ven necesario que se implemente en todo el país la figura del gestor de casos, es decir, un profesional de referencia que vele por la coordinación e integración de los recursos al alcance de la persona. "Este cambio no será real si no va acompañado de una apuesta política y del apoyo comunitario, así como de la formación de los equipos profesionales y la ciudadanía en general", concluye el estudio.
En este contexto de falta de apoyo público, la realidad es que muchas familias optan por pagar una persona para que cuide al abuelo o la abuela. Lo hacen en negro, sin dar de alta a la persona asistente en la Seguridad Social. Todo agrava más el problema: se atenta contra los derechos de las personas trabajadoras en este ámbito y precariza la atención que reciben las personas mayores.
Sanidad médica y social, de la mano
La patronal mayor del sector, l'ACRA, proyecta doblar el número de personas de 85 años o más en los próximos diez años. Este dato hace necesario actualizar la sanidad catalana con más recursos por parte de las administraciones. "Más recursos económicos, más recursos materiales y más recursos humanos", concretan fuentes consultadas. Pero sobre todo, destacan que la crisis en el sector derivada por el coronavirus habla por sí sola, y ponen el acento al "potenciar la coordinación sociosanitaria a fin de que los usuarios de los recursos asistenciales (residencias, centros de día, ayuda a domicilio o teleasistencia) puedan tener acceso al sistema de salud público de Catalunya.