Cuando el coronavirus empezó a propagarse por Catalunya, la Agrupació d'Entitats Gitanes dels Països Catalans (AGIPCAT) ya había preparado herramientas y mecanismos para ayudar a resolver la crisis que al colectivo le venía encima. Son muchas las familias que viven al día y para quienes el confinamiento supone no poder trabajar, ganar dinero y en consecuencia alimentarse. La suspensión de los mercados ambulantes —el 46% de los vendedores que los conforman son gitanos— les ha supuesto un golpe duro. Hace dos meses que estas familias no tienen ingresos, lo que les sitúa en el umbral de la pobreza. En este reportaje hablamos de cómo ha afectado sanitaria y socioeconómicamente la pandemia a un colectivo que vive en comunidad, con costumbres que radican en la convivencia y que ha notado más que nunca la brecha digital.
El AGIPCAT ha trabajado desde mediados de marzo conjuntamente con los servicios sociales de la Generalitat de Catalunya en las garantías alimentarias, las peticiones de moratorias de pagos, la inserción laboral y el asesoramiento educativo y sanitario para estas familias. Manel Carbonell, que es gerente, explica a El Nacional.cat que han atendido a un total de 200 familias que han visto su cotidianidad afectada de una manera u otra por el coronavirus, superando ya el cómputo global del año anterior.
De estas, un 70% son de la comunidad gitana. Dicho de otra forma, actualmente 4 de cada 10 familias gitanas que no recibían ningún tipo de prestación necesitan ayudas de los servicios sociales por primera vez.
El colectivo gitano representa al 46% de los vendedores de los mercados ambulantes
"Lo primero que hicimos fue detectar a las personas que se han quedado sin trabajo" —y por lo tanto sin ingresos— y habiendo elaborado una lista de estas por cada municipio nos aseguramos de que tuvieran acceso diario a todas las comidas. 9 de cada 10 de estas personas procedían de la Taula de Marxants de Catalunya, un organismo que se compone de organizaciones distribuidas y representativas del sector de la venta no sedentaria. "Sin mercados, estos autónomos se han quedado sin ningún tipo de ingreso", expone Carbonell.
Según un estudio de la Universidad Abat Oliba CEU, la comunidad gitana afronta "en peores condiciones" la amenaza del coronavirus y la previsible crisis económica por la condición de ser autónomos. Sergi Rodríguez López-Ros, el autor del estudio, considera que "por su concepción del trabajo y del consumo, los gitanos no son tenidos en cuenta por el sistema económico".
Los marchantes reclaman que vuelvan los mercados
Con la fase 1 del desconfinamiento, algunos pueblos han vuelto a montar paradas, pero la mayoría tendrán que esperar. En este contexto el colectivo gitano, con otras agrupaciones de vendedores ambulantes, han reclamado a los ayuntamientos —a través de una misiva— una serie de consideraciones que amortigüen las pérdidas de su actividad económica. Piden la anulación o "coste cero" de todas las tasas municipales relacionadas con esta actividad durante todo el año 2020, la reducción del 50% de estas tasas el año que viene y subvenciones destinadas a material de protección para trabajar sin riesgo de contagio. Unas medidas que ya se han aplicado en el sector agrario o a los bares con terraza.
La campaña agraria, la alternativa
El AGIPCAT hace años que tiene convenios laborales con empresas de seguridad, hoteleras, de limpieza, fundaciones de ayuda a personas sin hogar, entre otras que forman parte de la campaña agraria de temporada, cómo Wakeful Group. La lista de solicitudes a la bolsa de trabajo este año es larga, y por ahora ya han conseguido trabajo para casi 200 personas. Por otra parte, una cincuentena de personas más que reciben asesoramiento del AGIPCAT han encontrado trabajo en la campaña agraria de esta primavera-verano, un sector que necesita trabajadores tanto para la recolección de fruta de temporada como para su embalaje.
Más brecha digital que nunca
El confinamiento ha evidenciado casos críticos que se ven perjudicados por esta medida sanitaria. Muchas familias se encuentran sin Internet en casa o sin aparatos con los que se puedan conectar para trabajar como ordenadores o tabletas digitales.
En la "vida normalizada", sin el confinamiento sanitario, los chicos tienen el apoyo presencial de maestros y educadores al menos una vez al día, si no todo el día. Pueden hacer uso de los equipos de la escuela así como conectarse a los wifis gratuitos de bibliotecas, escuelas, tiendas y bares de su barrio. Ahora no lo pueden hacer. Desde el AIPCAT han detectado familias en que hay cuatro o cinco niños y jóvenes y que tienen que compartir un solo aparato para poder hacer los deberes.
Carbonell explica que desde la agrupación se ha hecho seguimiento a estas familias y se ha ayudado en la tarea académica de los hijos. También se han hecho tutorías a los padres, para ayudar a los niños a hacer los deberes de matemáticas o de idiomas y por si les hace falta conectarse con los profesores o educadores para resolver dudas y ser ayudados. Desde el Departament d'Educació también se les han proporcionado aparatos electrónicos para que pudieran seguir las clases. Una situación que ha puesto de manifiesto, una vez más, lo amplia que es la brecha digital.
Sin las costumbres gitanas por el bien común
La mayoría de familias gitanas han sufrido de cerca un caso de Covid-19. Pasarlo sin el acompañamiento familiar ha sido difícil, pero "se han adaptado como todo el mundo". "Los ingresos en hospitales, el aislamiento o el traspaso de un familiar han sido difíciles de gestionar desde el confinamiento", apunta Carbonell. "En este caso hemos ido en contra de nuestras costumbres por el bien común". No han participado en los entierros de la comunidad gitana como lo hubieran hecho en otras circunstancias, así como tampoco han visitado a tías y tíos enfermos, por ejemplo. Una tendencia que ha sido generalizada es que si un miembro de la familia ha contraído el coronavirus, se ha extendido rápidamente a todo el núcleo familiar. Es el caso del barrio de Gràcia de Barcelona, donde ha habido dos focos diferentes de siete u ocho personas de una misma familia y de diferentes edades.
14.000 euros para alimentos
La Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya (FAGiC) ha cerrado esta semana la campaña 100x100, que pretendía conseguir 10.000 euros para proveer de alimentos a 100 familias gitanas vulnerables durante el estado de alarma por coronavirus en Catalunya. Han recaudado 14.100 euros gracias al apoyo de particulares y empresas.
EN DIRECTO | La última hora sobre el coronavirus y sus afectaciones en Catalunya, España y el mundo
🦠MAPA | Los contagios de coronavirus en Catalunya por municipios y barrios
MAPAS | El impacto del coronavirus en Catalunya por regiones sanitarias