El sector de la moda prepara el retorno a la actividad rodeado de incertidumbres. Mientras en Europa empresas catalanas como Mango y Desigual ya empiezan a reabrir tiendas con protocolos para garantizar la seguridad de clientes y trabajadores, ni a Catalunya ni a España hay planes claros. Por ahora, las empresas se plantean reforzar la desinfección de las tiendas, hacer controles de aforo, obligar a los clientes a llevar guantes o restringir el acceso a los probadores a una única persona. Y mientras continúa el cierre, el sector se reinventa, intentando paliar las pérdidas con la producción de material sanitario o promociones y descuentos. La confederación de la industria textil (Texfor) calcula un impacto de un 37% de la facturación anual por|para el coronavirus.
El impacto de la crisis en el sector textil será "muy importante", asegura a la secretaria general de Texfor, Marta Castells, en declaraciones a la ACN. Según datos extraídos de una encuesta a los asociados, más de la mitad de las empresas del sector textil prevén una bajada de la cifra de negocios del 30%; un tercio calcula un descenso de hasta el 50%, y un 7% cree que el impacto será de hasta el 75%. Con respecto al mercado laboral, un 60% de las empresas han presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
"Hay un impacto negativo, de frenazo importante de ventas, que sólo se puede recuperar a través del canal online," reconoce al conseller delegado de Bobo Choses, Joaquim Esperalba. La empresa mataronense prevé un descenso de la cifra de negocios anual del 15%, después de facturar 11,3 millones de euros en el 2019.
Más allá de este año, la crisis podría tener un papel relevante en la transformación del sector. Para el diseñador de la firma de alta costura de Barcelona Ze García, José María García, la moda apostará por la producción local, la experiencia y la sostenibilidad.
"Hay más colecciones sostenibles y mayor interés por consumir roba de este estilo", añade el director de relaciones institucionales de Mango, a Guillermo Corominas, en declaraciones la ACN. En el 2019, Mango produjo 18 millones de piezas con estas características, el 12% de la producción de la empresa. El comercio electrónico podría ser otro de los beneficiados. En el caso de Mango, las ventas 'online' representaron el 24% de la facturación total de 2019.
El diseñador José María García discrepa: "El futuro del online existe, pero no creo que esté en moda", dice. El diseñador reconoce que este canal ofrece una rentabilidad muy alta, pero asegura que es un "complemento". "La industria de la moda tal como la conocemos, no la volveremos a ver", afirma, por su parte, Marta Castells.
En Europa vuelven a abrir
Después de la paralización del consumo por el cierre de tiendas, Mango volverá a abrir las puertas a Alemania, Austria y Holanda. La compañía controlará el aforo y permitirá la entrada a una persona por cada diez o veinte metros cuadrados.
Además proveerá a los clientes de guantes y gel desinfectante y obligará a los empleados a trabajar con mascarillas. Sólo la mitad de los probadores estarán abiertos y las piezas de ropas probadas permanecerán en una "cuarentena" de 48 horas antes de volver a ser expuesta al público. Una vez se conozca la normativa para las tiendas en el Estado, la empresa lo adaptará a su protocolo de seguridad.
Desigual también controlará el aforo de las tiendas y sólo permitirá el acceso a los probadores a una sola persona. Después de cada uso, la empresa se encargará de la desinfección de la pieza. El horario de apertura de los puntos de venta será reducido, de 12h a 18h.
"Es un primer paso con el cual queremos empezar a repensar como serán las tiendas físicas en los próximos meses y qué experiencia de compra proporcionaremos, teniendo en cuenta la convivencia con el canal digital, ahora mucho más intensa que antes", asegura al director general de Desigual, Alberto Ojinaga.
Bobo Choses empieza a abrir tiendas a Corea del Sur. Allí, la población está acostumbrada a llevar máscaras y guantes y las autoridades están controlando los aforos para evitar aglomeraciones. La empresa no ha decidido todavía aplicar un protocolo concreto, y se adaptará a la normativa de cada país.
La transformación del sector
Más allá de la reapertura de las tiendas, todavía para determinar en el Estado, el sector de la moda se ha reinventado para paliar el impacto del coronavirus y algunas empresas han empezado a producir material sanitario.
"Hemos podido demostrar que sin la contribución de la industria textil, que hasta ahora no se veía como esencial ni estratégica, habría estado más complicado", asegura la secretaría general de Texfor.
Mango es una de estas empresas. "Hemos transformado nuestro procés de creación de muestrario de piezas habituales en un sistema de producción de batas a gran escala", afirma su director de relaciones institucionales, Guillermo Corominas. La compañía confeccionará 13.000 batas de polietileno de un solo uso destinadas a los equipos sanitarios.
La diseñadora manresana Míriam Ponsa también ha dejado en suspense las pasarelas de moda para confeccionar mascarillas y batas de hospitales. Para hacerlo, la empresa trabaja con un tejido de uso sanitario hecho a una empresa de Salelles, en el Bages, y cose los productos en varios talleres de la comarca. La transformación del modelo de negocio de la empresa le ha permitido evitar un ERTE.
"Si esta será la realidad hasta dentro de unos meses, haremos mascares creativas para que los niños vayan contentos a la calle", añade Joaquim Esperalba. Bobo Choses empezará a producir un lote de mil caretas la semana que viene y modulará la producción en función de la demanda del mercado. El objetivo es fomentar la "ilusión" y "creatividad" de los niños, a pesar de la "gravedad del momento".
La paralización de la demanda de moda también ha llevado a los operadores a hacer descuentos. "Las marcas tenemos necesidad de dar salida al 'stock' mediante acciones promocionales antes de hacer rebajas", reconoce el directivo de Mango. A Desigual, las prendas de ropa cuentan con promociones de media temporada y un 10% de descuento "extra".
Las demandas en el Gobierno
Ante la crisis del sector, la confederación textil considera que las medidas del Gobierno no son suficientes para hacer frente a los problemas de liquidez de las empresas. La semana pasada, el Gobierno aprobó una ampliación del plazo del pago de impuestos para pequeñas y medianas empresas y autónomos. Sin embargo, el impacto en la industria textil "es mínimo".
La normativa está dirigida a empresas con una facturación inferior a los 600.000 euros, una cifra que normalmente se supera en el caso de las industrias. "Pedimos ampliar el importe de la cifra de negocios, porque están quedando fuera de la mayoría de las empresas", reclama Castells. Asimismo, propone ampliar el plazo para presentar las liquidaciones más allá del 20 de mayo.
Por otra parte, la industria textil exige acelerar el proceso de concesión de créditos, flexibilizar las medidas laborales y aspectos relacionados con los ERTE y proporcionar ayudas directas a las empresas a través de subvenciones.
De hecho, para los diseñadores como José María García, uno de los principales problemas es la "falta de información". "No pueden dar plazos variables, porque no es lo mismo aguantar una empresa quince días que cinco meses", lamenta.
"El después de la crisis será el más difícil de gestionar y es lo que puede poner en riesgo el sistema financiero o industrial", advierte al directivo de Bobo Choses, Joaquim Esperalba. Según él, el Estado no podrá soportar los impagos de los créditos si no se recupera la economía y hace falta más "altura de miras" entre los dirigentes políticos.