Los presos que dispongan de trabajo fuera del centro penitenciario, en función del tercer grado o del 100.2 del reglamento penitenciario, como es el caso de los presos políticos, podrán volver a trabajar a partir de mañana, siempre y cuando acrediten que la empresa para la cual trabajan ha recuperado la actividad, según informa el departamento de Justícia.
Entre las medidas para combatir el coronavirus, la conselleria decidió anular los permisos para trabajar fuera del centro justo cuando hacía escasas semanas que todos los presos políticos habían conseguido acogerse al 100.2 para trabajar o hacer un voluntariado fuera del centro penitenciario.
Por otra parte, las juntas de las diferentes prisiones denegaron a los presos políticos la autorización para seguir los confinamiento en sus domicilios.
La conselleria ha informado hoy de que los internos confinados que salgan a trabajar cambiarán de módulo para dormir en celdas ubicadas en el área de ingresos de sus prisiones o bien se trasladarán a centros abiertos. El objetivo es evitar la convivencia de los internos que tienen contacto con el exterior y los que no abandonan el equipamiento penitenciario para evitar la expansión de la enfermedad.
La Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima está haciendo el recuento para autorizar las primeras salidas a partir de mañana.
Según los datos de la conselleria, "hay 22 personas con un 100.2, a caballo entre el segundo y tercero grado. Ninguna de ellas ha pasado el confinamiento a domicilio". En cambio sólo 188 de los 1.841 presos en tercer grado siguen en la prisión. El resto están confinados en sus domicilios.
Desde el 16 de marzo en que se limitaron al máximo las entradas y salidas de la prisión, los internos con trabajo fuera del centro penitenciario no podían acudir. Asimismo, se aplazaron los permisos y se suspendieron las visitas al locutorio, las salidas programadas, y las visitas al interior de los centros además de los vis a vis.