Por segunda semana consecutiva, Catalunya registra una disminución de los diagnósticos de covid en la atención primaria. El número de positivos hasta los 25.419 semanales, una cifra que queda lejos de la semana al principio de julio en que se diagnosticaron 41.309 positivos por covid en la atención primaria, una media de 5.900 al día. Aquella fue el pico de la séptima ola, ya que la semana siguiente las cifras ya empezaron a bajar hasta 37.000 contagios y los 25.000 de la última. Se trata de unas tendencias similares a las que vive el Estado español, el cual también ha experimentado un descenso de los contagios. Todo nos acerca más a dejar atrás esta séptima ola.
El descenso de los contagios no es lo único. También hay una reducción de la presión hospitalaria. Actualmente, hay menos de 2.000 enfermos de covid hospitalizados, concretamente 1.805 personas. Además, las UCI se encuentran estabilizadas teniendo alrededor de 50 críticos por coronavirus. Sin embargo, no sufren un alivio de presión como en las hospitalizaciones, pero se mantienen estables, oscilando entre la cuarentena y la cincuentena de críticos.
Una séptima ola con nueva normalidad
A finales de junio y principios de julio, la escalada de los datos de contagios y 'aumento en las hospitalizaciones hacían temer un nuevo verano marcado por la covid. Sin embargo, el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, advirtió que las medidas más restrictivas de años anteriores quedaban descartadas, ya que "hay que normalizar", afirmaba en pleno pico de la séptima ola. En aquel momento ya adelantó que medidas como recuperar la mascarilla en interiores no estaban sobre la mesa.
Finalmente, la normalización que apuntaba Argimon ha sido la que ha estado marcando esta séptima ola. A pesar de todo, desde Salud se ha acordado que la normalización no implicaba no ir con precaución. "Tenemos que ir con prevención con las personas vulnerables, pero tenemos que normalizar", recordaba el conseller. Concretamente, se ha remarcado la necesidad de ir con cuidado con las personas mayores o con enfermedades que pudieran ser más susceptibles no solo a contagiarse, sino a desarrollar una enfermedad grave.
Desde finales de junio y principios de julio se calculaba que a partir de la tercera semana de este último mes se empezaría revertir la curva de contagios. Estas predicciones se hacían observando las tendencias epidemiológicas portuguesas, que eran similares a las que se daban a Catalunya. Finalmente, todo en punta a que las predicciones se pueden cumplir en un verano menos marcado por el coronavirus.