Nuevo paso adelante de Austria en su lucha contra la covid. Yendo más allá de todas las restricciones que se habían propuesto hasta ahora contra las personas que no se han querido vacunar, como la aplicación del pasaporte covid para entrar en determinados espacios y establecimientos, Austria se convertirá el 1 de febrero en el primer país del mundo que obligará a todos los ciudadanos mayores de edad a vacunarse. Así lo ha anunciado esta mañana el canciller del país, Karl Nehemmer, en una rueda de prensa.
Las autoridades austríacas ya habían escondido con esta medida semanas atrás, pero no habían puesto ninguna fecha. Esta nueva normativa se aplicará acompañada de un paquete de sensaciones para quien no se haya vacunado. Para comprobarlo, se harán controles aleatorios y quien no esté vacunado se enfrentará a multas de entre 600 y 3.600 euros según la reincidencia.
Aumentar la tasa de vacunación
Hasta ahora, Austria es uno de los países europeos con una tasa de vacunación más baja. Concretamente, un 71,5% de la población está inmunizada con la pauta completa, una cifra inferior a la que se da en otros estados. Por ejemplo, en España, un 92,4% de la población mayor de 12 años lleva al menos una dosis de la vacuna. El gobierno del país ha reconocido que la obligatoriedad de la vacuna "es un proyecto sensible" pero que comulga con la constitución.
La normativa requiere de un "tiempo de adaptación", ha anunciado Nehemmer, que permita vacunarse a los que, de momento, se han negado, hasta los 16 de marzo. Será a partir de entonces cuando la policía del país empiece a hacer estos controles aleatorios entre la población, en que tendrán que demostrar que están vacunados. Está previsto que el Parlamento austríaco apruebe este proyecto de ley jueves que viene. Inicialmente, la normativa contemplaba que todos los mayores de 14 años fueran obligados a inmunizarse, algo que finalmente ha quedado descartado.
Agitados por la ultraderecha
Ayer tarde, hasta 30.000 personas, según la policía, llenaron las calles de Viena en una manifestación contra la vacuna obligatoria, pocas horas antes que el gobierno lo anunciara. Los antivacunas, que habían sido convocados por el líder del partido de ultraderecha FPÖ, Herbert Kickl, atravesaron la avenida Ring, el más popular de la capital del país, a grito de "paz, libertad y soberanía". Esta es solamente una de las decenas de manifestaciones que se han organizado en las últimas semanas contra la vacuna y la gestión de la pandemia. Sus participantes no llevaban mascarilla y tampoco mantenían la distancia de seguridad.
El ultraderechista Kickl ha participado de algunas de estas protestas y ha llegado a comparar la persecución de los judíos durante el nazismo con las medidas anticovid del gobierno austríaco.