El malestar de los médicos no para de crecer por el borrador del Estatuto Marco del Ministerio de Sanidad, y la ministra Mónica García no ayuda con sus declaraciones. Este viernes, por ejemplo, García consideró que los médicos no están mal pagados en el estado español en comparación con otros profesionales, ya que cobran "de media" como un ministro. Unas palabras que no han caído nada bien entre el sector y por las cuales la ministra ha tenido que pedir disculpas. En cualquier caso, lo que está claro es que hay un conflicto abierto entre los médicos y el Ministerio de Sanidad, una especie de hervor hacia una nueva huelga.

De hecho, la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) ya ha convocado una jornada de huelga por todo el Estado el próximo 23 de mayo, además de nuevas concentraciones los próximos días 5 y 12 de marzo. No se prevé que esta huelga afecte a la sanidad catalana, ya que el principal sindicato del país, Metges de Catalunya, "de momento" no han convocado ninguna protesta —aunque parece que ganas no faltan—. Pero si el borrador de Sanidad no cambia, quién sabe si volverá a haber movilizaciones médicas como las de ahora hace dos años contra el Departament de Salut. Así pues, hay que preguntarse: ¿qué es y qué implica el borrador del Estatuto Marco? Es decir, ¿por qué están tan molestos los médicos?

Estatuto Marco vs. Estatuto propio de los médicos

El Estatuto Marco es la ley básica que regula las relaciones laborales de los profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS). El actual es del año 2003 y hay consenso que está obsoleto, motivo por el cual en enero se conoció el borrador de su renovación. Un borrador que no ha gustado nada entre los facultativos de todo el Estado, por diferentes puntos que consideran polémicos. Para empezar, los diferentes sindicatos critican la falta de voz de los médicos, ya que representan en torno a un 20% de los trabajadores del SNS.

En una entrevista reciente, el secretario general de Metges de Catalunya, Xavier Lleonart, criticaba que esta falta de voz de los facultativos se traducía en "concesiones a costa de los médicos". Y es por esto que el sector pide un estatuto propio, también porque consideran que su profesión tiene más responsabilidad con los pacientes. Pero desde Sanidad argumentan que "una norma solo para un grupo específico de profesionales rompería la cohesión del sistema y nos retrotraería a los años 70, cuando en lugar de un estatuto marco había algo parecido a los actuales convenios colectivos de los diferentes profesionales".

Categorías, horas extra, guardias y jornada

El borrador también contempla la equiparación en el grupo A1 de otras categorías sanitarias —como las enfermeras— con los médicos, de manera que los facultativos también quieren ascender. ¿Por qué? Más allá de argumentar de nuevo que tienen más responsabilidad, añaden que su carrera es de 360 créditos y no de 240 como el resto. Así pues, reclaman la creación de una nueva categoría: A1 plus. Se trata de una cosa que no se puede hacer, según el ministerio, ya que la estructura A1-A2-B-C1-C2-E depende del Estatuto Básico del Trabajador Público. Por el contrario, se propone una nueva clasificación basada en el modelo MECES mediante el Marco Español de Calificaciones para el aprendizaje permanente, de manera que la clasificación se basa en los créditos del título exigido para el ingreso. De acuerdo con esta clasificación, los facultativos especialistas serían de nivel 8 y las enfermeras especialistas de nivel 7, entre otros.

Por otra parte, la propuesta de Sanidad establece por primera vez la existencia de horas extraordinarias para todos los profesionales sanitarios, pero el borrador mantiene que las guardias no son horas extraordinarias. Es por esto que los médicos lamentan que no tengan ningún beneficio para hacer guardias, como la retribución. Y es que las guardias dejan de ser obligatorias, pero no para los médicos, aunque es verdad que se eliminan las de 24 horas y el máximo sería de 17. Sin embargo, lamentan que la jornada máxima semanal sigue siendo de 48 horas —mientras que el ministerio recuerda que se trata del máximo común a todos los países comunitarios, establecido por una directiva europea.

Nada de trabajar en la pública y en la privada

Para acabar, uno de los puntos que ha provocado más quejas ha sido la incompatibilidad para cargos intermedios (como los jefes de servicio y de sección) de trabajar a la pública y en la privada, a pesar de que los médicos argumentan que la ley de compatibilidad es común para todos los trabajadores públicos y que se trata de peculiaridades que solo sufrirán los facultativos. Esta incompatibilidad se extiende a cualquier médico en sus primeros cinco años de ejercicio profesional, cuando acaba la residencia. Por una parte, Sanidad considera que los cargos intermedios tienen que tener "dedicación exclusiva"; de otra, matiza que en el caso de los residentes serán las comunidades autónomas las que decidirán si se aplica esta dedicación exclusiva o no —cosa que generará desigualdad entre los territorios, según los médicos—. "No olvidemos que los presupuestos públicos sufragan el periodo de formación sanitaria especializada", recuerda el ministerio.

Los médicos no son los únicos que están molestos con el borrador del Estatuto Marc. Por ejemplo, las comunidades autónomas del PP no han hecho más que criticar la propuesta del ministerio encabezado por García (Sumar). Asimismo, esta semana los técnicos superiores sanitarios del Hospital Clínic de Barcelona hicieron una concentración para reclamar la categoría B y la homologación universitaria, entre otros. Sanidad tiene mucho trabajo por delante.