Es posible que muchos hayan notado que esta Navidad más personas de su alrededor han estado enfermas. Pues bien, no es solo una sensación. Durante las últimas semanas han aumentado los casos de una infección contagiosa conocida como norovirus, una virus que afecta al trato gastrointestinal. Los efectos de esta afección se resumen en vómitos, diarrea, náuseas, fiebre y malestar general. Según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica de España, el incremento de los casos ha sido del 25% en comparación con el año anterior. Además, los territorios más afectados han sido Catalunya, Madrid y Andalucía, con especial atención en las escuelas, residencias y hospitales.
El norovirus es un virus que se transmite de tres maneras diferentes. Una persona puede infectarse al estar en contacto con alguien que ya lo tiene, al tocar superficies contaminadas o al consumir alimentos o agua que contengan el virus. Los expertos apuntan que el norovirus es capaz de resistir a los procesos de preparación de los productos que se comercializan en los supermercados, con un especial foco en los grupos de los moluscos. Las ostras, almejas, mejillones y navajas tienen una mayor tendencia a transmitir el virus. Asimismo, entre los vegetales también pueden ser un foco de infección productos como la lechuga y las hortalizas que se consumen crudas y no han sido regadas con agua potable.
Cuando una persona ingiere un alimento que contiene el virus, la enfermedad se manifiesta entre 12 y 48 horas después de la exposición. Asimismo, los síntomas suelen durar de uno a tres días, pero se pueden alargar en algunos casos, especialmente en niños, personas mayores y personas con otras afecciones médicas. Los vómitos y la diarrea pueden causar una grave deshidratación y requerir atención médica.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el virus estomacal ha provocado 685 millones de casos de gastroenteritis aguda y 200.000 muertes anuales en el ámbito internacional. Cuando menos, el peligro mortal del norovirus queda completamente descartado en los países desarrollados donde no abundan los casos de desnutrición. El aumento de las últimas semanas no es nuevo, ya que en el 2013 se produjo un brote en el Noma de Copenhague, uno de los mejores restaurantes del mundo. El caso dio la vuelta al mundo porque los empleados siguieron trabajando a pesar de estar infectados, hecho que derivó en la contaminación de los platos que ingerían los clientes. Unos años antes se dio un caso similar en Londres, en el restaurante Fat Duck, por culpa de unas ostras contaminadas.