En un principio, el pomelo puede despertar ciertas reservas a la hora de incluirlo en la dieta. Su textura y su sabor agrio y amargo pueden resultar desagradables para aquellos que están más acostumbrados a otros cítricos más dulces, como la naranja.
Pero lo cierto es que se trata de un alimento con unas características nutricionales muy interesantes que puede aportar muchos beneficios a la alimentación de cualquier persona. Estos son algunos de ellos.
Contiene mucha agua
Tiene aproximadamente un 92% de agua en su composición; de hecho es una de las frutas que más agua contiene. Teniendo en cuenta las cantidades en las que nuestro cuerpo necesita absorber este líquido, el pomelo puede ayudarnos a alcanzar los objetivos diarios de hidratación.
Es una fruta perfecta si haces dieta
El hecho de tener un alto porcentaje de agua, la convierte en una fruta con pocas calorías. Aproximadamente alrededor de 40 en media pieza grande. Además, aumenta la sensación de saciedad y es una de las pocas frutas permitidas en una dieta keto gracias a su bajo contenido en azúcares.
No tires la parte blanca
A la hora de ingerirla, es bastante normal deshacerse de la parte blanca que la recubre, pero lo cierto es que esa pulpa es muy rica en antioxidantes, nutrientes y también fibra soluble, que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre.
Ayuda a reducir el colesterol malo
Un pomelo diario puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL o malo hasta en un 15,5%, según un estudio de 2006 publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry. Para llevar a cabo el trabajo, los investigadores observaron a 57 pacientes de 39 a 72 años que tenían colesterol alto y se habían sometido a una cirugía de bypass por problemas cardíacos. Durante un mes, un grupo de ellos comieron un pomelo al día mientras que el resto no lo hicieron. Los consumidores de pomelo, en particular los que lo tomaron rojo, experimentaron un descenso en las cifras de colesterol malo.
Estimula el sistema inmunológico
El pomelo tiene dosis altas de vitaminas A y C, que ayudan a mantener en buen estado nuestras defensas. Por eso es importante incluirlo en la dieta, sobre todo en estados carenciales o cuando se está sufriendo algún tipo de infección, como un constipado o una gripe. No los curará, pero ayudará a paliar los síntomas.
Si lo tomas, escoge el rojo
Aunque todos los tipos de pomelos aportan beneficios, cuanto más rojo, mejor. Tienen un mayor nivel de antioxidantes, específicamente el betacaroteno y el licopeno, que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y previenen la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Reduce los niveles de triglicéridos
Otra razón por la que el pomelo puede ser bueno para el corazón es que reduce los niveles de triglicéridos, que pueden obstruir las arterias. Por lo tanto, es un buen alimento para prevenir afecciones cardiovasculares. Asimismo, también se han llevado a cabo investigaciones que concluyen que aporta beneficios a la hora de controlar la presión arterial.