Un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, ha analizado el daño que la luz visible e infrarroja puede causar en nuestra piel. Los efectos perjudiciales de la exposición a los rayos solares están bien documentados, de ahí la recomendación de uso de protectores solares para proteger la piel contra la peligrosa radiación ultravioleta (UV). 

Sin embargo, estos expertos han demostrado científicamente que estos rayos no son los únicos que puede penetrar profundamente en la piel, ya que la luz visible y la infrarroja también puede dañar nuestras células.  La investigación ha sido publicada por The FASEB Journal, y concluye que es beneficioso para el antienvejecimiento proteger nuestra piel contra los tres tipos de rayos. 

En el estudio, también se ha descubierto que la piel es sensible no solo a las longitudes de onda ultravioleta, visible e infrarroja, sino también a su interacción con la luz solar. Esto significa que cada una de ellas causa efectos, pero estos son aún mayores cuando se combinan.

La primera es la que causa más daño, pero su potencia aumenta dramáticamente cuando están juntas. Durante el estudio, se analizó si las luces ultravioleta, visible e infrarroja de una lámpara solar, que imitaba la luz solar natural, tenía algún efecto sobre los marcadores de daño en las células de la piel de los adultos.

Los científicos descubrieron que las células de la capa superior de la piel (queratinocitos) resultaron dañadas por la luz ultravioleta, pero no por el pack completo que incluye también la visible e infrarroja. Sin embargo, las células de la capa dérmica más profunda (fibroblastos) sí que fueron dañadas por los rayos ultravioleta como se esperaba, pero el impacto fue aún mayor cuando combinaron las tres.

Sin duda, este estudio puede resultar de aviso para todos los fabricantes de protectores solares, porque revela información importante para que la protección para la piel de las personas sea aún más completa. La luz visible e infrarroja no causan quemaduras solares y es verdad que todavía no existe ningún estudio que la vincule directamente con un mayor riesgo de sufrir cáncer de piel. Pero eso no significa que no pueda estar causando daño a nuestras células, como demuestra esta investigación.

Según han anunciado los científicos de la Universidad de Newcastle, seguirán realizando más investigaciones al respecto para comprender el mecanismo del efecto sinérgico de la luz combinada de los rayos ultravioletas, visibles e infrarrojos, además de analizar por qué los fibroblastos dérmicos más profundos son más sensibles que los queratinocitos epidérmicos de la capa superior.

Y, al margen de los fotoprotectores, este estudio manifiesta la necesidad de seguir protegiéndonos de forma exhaustiva frente al sol, limitando la exposición a las horas de primeras horas de la mañana y últimas de la tarde en la época veraniega.