Es difícil calcular el número de personas insomnes en la sociedad, porque muchas conviven con él sin tratamiento alguno y porque el insomnio puede ser transitorio en algunas etapas de la vida. Aun así, se estima que entre el 20 y casi el 50% de la población lo puede sufrir. En los últimos años se está investigando más respecto al insomnio porque las consecuencias para la salud pueden ser muy graves, más de lo que pensaba.

La corta duración del sueño y las interrupciones del mismo están asociadas con problemas cardiovasculares, diabetes y depresión, por nombrar solamente algunas de ellas. Por esta razón, los especialistas han estado buscando formas de prevenir o tratar el insomnio y otros trastornos del sueño, comenzando por buscar todas las causas posibles. 

Recientemente, un estudio de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York ha concluido que una dieta alta en carbohidratos refinados, particularmente azúcares añadidos, está relacionada con un mayor riesgo de insomnio. O al menos eso ocurre en un sector concreto de la población en la que se ha llevado a cabo la investigación: las mujeres mayores de 50 años. El trabajo se ha publicado en The American Journal of Clinical Nutrition y parte de la base de que identificando los factores que conducen al insomnio, se pueden encontrar otras soluciones que van más allá del tratamiento farmacológico.

La investigación

Los investigadores trabajaron con los datos de 53.069 mujeres de entre 50 y 79 años, con el objetivo de comprobar si realmente existe o no un vínculo entre la dieta y el riesgo de insomnio. Los resultados confirmaron la hipótesis. Existe un vínculo entre un mayor riesgo de insomnio y una dieta rica en carbohidratos refinados. Esto incluye alimentos muy ricos en azúcar como los refrescos, el arroz y el pan blanco, la bollería, los dulces…

Al parecer, cuando el azúcar en la sangre se eleva rápidamente, el cuerpo reacciona liberando insulina, y la caída resultante en el azúcar en la sangre puede conducir a la liberación de hormonas como la adrenalina y el cortisol, que pueden interferir con el sueño. Los autores del estudio también explican por qué no todos los alimentos que contienen azúcar producen el mismo efecto.

Es poco probable que las frutas y verduras, que naturalmente contienen azúcar, aumenten los niveles de azúcar en la sangre casi tan rápido como los alimentos que contienen azúcares refinados. Esto se debe a que estos alimentos naturales también son ricos en fibra, lo que significa que el cuerpo absorbe el azúcar más lentamente, evitando un aumento en los niveles de azúcar. De hecho, las participantes que llevaban una dieta rica estos alimentos, no tenían un mayor riesgo de insomnio. 

Por lo tanto, los culpables del insomnio de las mujeres de la investigación fueron los alimentos altamente procesados​, puesto que son los que contienen grandes cantidades de azúcares refinados que no se encuentran naturalmente en los alimentos.

Aunque el estudio se restringió a mujeres de 50 años o más, los expertos creen que los hallazgos también podrían aplicarse a hombres y personas de otras edades. Ahora quieren desarrollar más investigaciones enfocadas en aumentar el consumo de alimentos integrales y carbohidratos complejos para que establecer un modelo de dieta que podría usarse para prevenir y tratar el insomnio.