El cirujano oncológico Fernando Fernández Bueno es uno de los médicos más reputados y con más experiencia del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid. Pero no solo destaca por esto, sino también por ser, como portavoz de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, una de las principales voces médicas que apoya la política de reducción de daños en personas que quieren dejar de fumar, pero que tienen muchas dificultades para conseguirlo.
Concretamente, defiende el tabaco calentado y los cigarros electrónicos o vapers como alternativa para este tipo de pacientes. ¿Por qué lo hace? Nos lo explica desde Varsovia, donde el pasado 14 de junio participó como ponente en una de las conferencias del Global Forum on Nicotine.
¿Para qué tipo de pacientes puede ser recomendable este tipo de alternativas de reducción de daños como son el tabaco calentado y el cigarro electrónico?
Para todos aquellos que no consiguen dejar de fumar. Pero es que, además, es especialmente útil para los pacientes que no pueden dejar de fumar y que no pueden consumir fármacos. Por ejemplo, pacientes psiquiátricos, polimedicados, enfermos de cáncer o embarazadas. ¿Si no les ofrecemos una salida, qué hacemos con ellos?
Sin embargo, siete de cada diez médicos se opone al recurso del tabaco calentado o los cigarros electrónicos para los pacientes que tienen dificultades para dejar el tabaco.
El problema es que hay muy mala información, la que hay es negativa y sin datos. Si lees cualquier documento de prensa del ministerio de Sanidad o incluso de la CNPT (Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo), no aporta datos. Dan datos epidemiológicos, pero nada más.
"Hay pacientes que no pueden dejar de fumar. ¿Si no les ofrecemos una salida, qué hacemos con ellos?"
¿A qué cree que se debe este rechazo en el sector médico?
Yo creo que el problema es que el tabaco no interesa a los médicos. Cuando tú te introduces en un tema como es el tabaquismo, tienes que tocar muchos puntos y tienes que leer mucho. Los médicos no tienen tiempo. El neumólogo sí que lo puede estudiar porque es de su campo. Pero los especialistas no neumólogos, que como he dicho no tienen tiempo, al final se leen cuatro titulares.
Hablemos de la estrategia de reducción de daños que usted defiende. ¿Por qué cree que el tabaco calentado y el cigarro electrónico son buenos recursos para estas personas que quieren dejar de fumar y no pueden?
Pues porque está demostrado científicamente que el tabaco calentado y el vaper son menos perjudiciales para la salud que el cigarro convencional. Está estipulado más o menos que si un cigarrillo normal tiene 4.000 carcinógenos, en el tabaco calentado hay alrededor de 700 y en un cigarro electrónico en torno a 8.
El paciente tiene que tener claro que lo más seguro es no fumar. Ahora bien, si no puede dejarlo, tiene que saber qué es lo que le hará menos daño. De menos a más perjudicial, el orden de alternativas al tabaco convencional es el siguiente: terapias de reemplazo de nicotina, snus/nicotine pouches, cigarro electrónico y tabaco calentado.
"Está demostrado científicamente que el tabaco calentado y el cigarro electrónico son menos perjudiciales para la salud que el cigarro convencional"
¿Si se diera el caso que el ministerio de Sanidad atiende vuestras reivindicaciones, que propondrías para el Plan Integral para la Prevención y Control del Tabaquismo?
Que la reducción del daño sea incorporada como una herramienta más en el tratamiento de los pacientes que quieran realizar cesación tabáquica.
Muchas gracias por atendernos, doctor Fernández Bueno.