La vacuna anti-Covid de Pfizer y BioNTech puede ser menos efectiva en personas con obesidad, según un estudio. Unos investigadores italianos han descubierto que los trabajadores sanitarios con obesidad solo producían aproximadamente la mitad de los anticuerpos en respuesta a una segunda dosis de pinchazo en comparación con personas sanas. Aunque es demasiado pronto para saber qué significa exactamente para la eficacia de la vacuna, podría significar que las personas con obesidad necesitaran una dosis de refuerzo adicional para asegurar la protección contra el coronavirus.
Investigaciones previas, según recoge el The Guardian, han sugerido que la obesidad, que se define como tiene un índice de masa corporal superior a 30 (IMC), aumenta el riesgo de morir de Covid en casi un 50%, así como aumenta el riesgo de acabar en un hospital en un 113%.
Estos porcentajes elevados pueden ser una consecuencia de las afecciones médicas subyacentes, como enfermedades del corazón o diabetes de tipo 2, que aumentan el riesgo del coronavirus, pero el exceso de grasa corporal también puede causar cambios metabólicos, como la resistencia en la insulina y la inflamación, que dificultan a la hora de combatir infecciones.
Este estado constando de inflamación también puede debilitar ciertas respuestas inmunes, incluidas las lanzadas por las células B y T que desencadenan una respuesta protectora después de la vacunación.
Investigaciones y estudios
De hecho, hay algunas investigaciones que han demostrado que la vacuna contra la gripe solo es la mitad de eficaz en personas con obesidad en comparación con las que tienen un peso saludable.
Un nuevo estudio, que todavía no ha sido revisado, proporciona las primeras pruebas directas que sugieren que se podría producir un problema similar con las vacunas Covid.
Otro estudio hecho en el Brasil demostraba que la reinfección con SARS-CoV-2 también era más frecuente entre las personas que tenían un IMC más elevado y que tendían a tener más respuestas de anticuerpos más bajas a la infección original.
¿Más dosis para las nuevas variantes?
Pfizer y BioNTech han empezado a evaluar la seguridad y la inmunogenicidad de una tercera dosis de su vacuna para reforzar la inmunidad, ante las amenazas que suponen las variantes recientemente circulantes y potenciales.
El estudio se basará en los participantes del estudio de la fase 1 realizado en los Estados Unidos a quienes se les ofrecerá la oportunidad en recibir un nuevo tratamiento de la vacuna actual, que irá de 6 a 12 meses después de recibir las dos primeras. El estudio forma parte de la estrategia de desarrollo clínico de las empresas para determinar la eficacia de una tercera dosis contra las variantes en evolución.