En los últimos años la ciencia ha puesto de manifiesto la importancia de la actividad física a la hora de preservar la salud y garantizarse una buena tercera edad en cuanto a bienestar y forma física. El ejercicio mejora también el estado de ánimo, la autoestima, la condición física, la musculatura… Todo lo que tiene que ver con su práctica deriva en abundantes beneficios para cualquier persona a cualquier edad.

La OMS recomienda hacer entre 150 y 300 minutos de ejercicio a la semana, repartidos durante los diferentes días, a cualquier hora y combinando la actividad aeróbico con la anaeróbica (levantamiento de pesas, sentadillas y todo lo que implique el desarrollo de la musculatura).

Pero si analizamos por edades, ¿qué tipo de actividad física es más adecuada en cada etapa de la vida? Estos son algunos apuntes que te pueden ayudar a elegir el deporte que más te conviene.

Running

Adolescencia y la década de los 20

En esta edad se vive un apogeo físico. La masa muscular está en su mejor momento, el estado en general del organismo, las articulaciones, los músculos… son años en los que es posible realizar ejercicio de alta intensidad, trabajo con fuerza y cualquier tipo de deporte que tenga una gran exigencia física. Los deportes de equipo son muy adecuados, correr, la natación y todo aquellos que contribuyan a mantener la masa magra muscular.

La década de los 30

Si se ha ejercitado durante los años anteriores, todavía el organismo puede encontrarse en una gran forma física y en un estado muy saludable. Aunque es cierto que comienza a perderse fuerza en los músculos y que comienza un ligero desgaste de articulaciones y huesos. Aún así, se recomienda seguir haciendo ejercicios de alta intensidad combinándolos con otros deportes y otro tipo de técnicas más encaminadas a favorecer la flexibilidad y mejorar la postura, como el pilates y el yoga.

La década de los 40

A partir de aquí, el desgaste de articulaciones, músculos, huesos y demás partes de nuestro organismo comienza a acrecentarse. Es muy importante empezar a trabajar con ejercicios específicos de fuerza con peso y actividades de mejora de la flexibilidad. La idea es crear una rutina de ejercicio e incorporar hábitos  de regularidad para prevenir enfermedades como la osteoporosis, la diabetes, la hipertensión, el cáncer, el colesterol, las enfermedades cardiovasculares, el estrés o la depresión. Se puede seguir practicando deportes aunque cuidando más el estado general del organismo.

Pesas

La década de los 50

En esta década hay que hacer un especial esfuerzo para mantener la masa magra muscular y la densidad ósea. Es muy interesante apuntarse a un gimnasio para participar en actividades como la natación, el pilates, el baile, el yoga, el aeróbic, etcétera. Al mismo tiempo hay que seguir trabajando intensamente en fomentar la musculatura y prevenir la sarcopenia, que consiste en la pérdida de masa muscular debido a la edad. Además, también sirve para evitar lesiones.

A partir de los 65 años

A esta edad, además de los ejercicios para mantener la musculatura, la flexibilidad y el buen estado del organismo, es interesante incluir actividad centrada en mejorar el equilibrio y la movilidad, porque comienzan a aparecer los primeros problemas relativos a estos conceptos. Andar se convierte en un aliado perfecto en estos años, pues permite no forzar las articulaciones y al mismo tiempo mejorar la forma física. También el yoga, la bicicleta o la natación son actividades muy adecuadas.

En cualquier caso, lo más recomendable, como siempre, es acudir a un especialista para llevar a cabo un plan diseñado en función de las características de cada individuo, su estado de forma, sus gustos y sus necesidades.